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Relatos contra la pandemia Relatos contra la pandemia
Gustavo Cuervo ha puesto en marcha una iniciativa de relatos contra la pandemia desde su página web. Según explica el propio impulsor de esta... Relatos contra la pandemia

Gustavo Cuervo ha puesto en marcha una iniciativa de relatos contra la pandemia desde su página web. Según explica el propio impulsor de esta iniciativa, el objetivo es “entretener y si puede ser arrancar una sonrisa a los lectores en los momentos duros de confinamiento que padecemos debido a la pandemia mundial provocada por el COVID-19”.

Los cuatro primeros relatos han sido aportados por el propio Gustavo Cuervo, la periodista y aventurera Alicia Sornosa, el promotor de la primera manifestación en España contra los guardarraíles y de #madridenmotosí Marcel Barrilero, y el director de Motoviajeros, Quique Arenas.

Alicia Sornosa con su Ducati Scrambler.

Desde su blog, el embajador de BMW Motorrad ha lanzado la invitación a todos los profesionales de la moto y los usuarios aficionados a que nos cuenten sus relatos anecdóticos relacionados con el mundo del motociclismo. No hay limite de extensión, ni de tema, y no se publicarán textos que contengan insultos o alegatos políticos ni religiosos, algo totalmente alejado por otra parte del objetivo de esta iniciativa.

Si quieres participar envía tu relato contra la pandemia a: gustavo@gustavocuervo.es, incluyendo un pequeño historial y fotografía. Si quieres leer al resto de los participantes de esta cadena, ve al blog de Gustavo Cuervo; ¡entre todos ganaremos la batalla al coronavirus!

Reproducimos a continuación el relato contra la pandemia de Quique Arenas.

UN MOTERO DESDE EL BALCÓN

El pasado 11 de marzo asistí en directo a un acontecimiento que se sumaría, sin que nadie lo supiera en aquel momento, a un cambio que transformará para siempre el mundo que conocemos. Estaba en casa, esperando como cada noche el inicio del partido de turno de la NBA. Sobre la cancha, a eso de las 2 de la madrugada hora española, los jugadores de Oklahoma City Thunder y Utah Jazz se disponían a disputarse el primer balón. De repente, para sorpresa de todos, alguien corrió hasta donde se encontraba el trío arbitral. En apenas unos minutos las plantillas al completo se marcharon a vestuarios, sin demasiadas preocupaciones –recuerdo ver al australiano Joe Ingles bromeando y al staff de la mesa de anotadores sonriendo-. Ni siquiera los comentaristas de la televisión estadounidense sabían qué ocurría. Pero los árbitros también desaparecieron por el túnel de vestuarios. Rápidamente aparecieron las cheerleaders, los dunkers que amenizan los tiempos muertos, los animadores que regalan camisetas. Todos seguíamos sin saber lo que estaba pasando… El partido nunca dio comienzo. Minutos después, la megafonía avisaba de que las 18.000 personas que abarrotaban las gradas debían desalojar las instalaciones del Chesapeake Energy Arena de Oklahoma. Al día siguiente, llegó la confirmación del positivo por coronavirus de Rudy Gobert, pívot internacional francés de los Jazz, y días después, el contagio de su compañero, la súper estrella Donovan Mitchell. La NBA suspendió de manera inmediata y fulminante toda la competición, indefinidamente. Así, como suena. Era el 12 de marzo de 2020. Cuatro días antes, yo había decidido voluntariamente quedarme en casa y no salir ante la amenaza de un virus, con el que casi bromeábamos en aquel momento, pero que tenía muy mala pinta. Ese día comprendí que el encierro vendría impuesto y duraría semanas. El resto, tristemente, ya es historia.

La pandemia ha provocado que nuestras motos no salgan del garaje.Desde ese instante, como muchos de nosotros, he entrado en el garaje varias veces para mirar, tocar, limpiar y arrancar mi moto, valorando cada uno de estos gestos. He vuelto a visualizar las fotografías de mis viajes, y a tirar de recuerdos, que según el dicho es el único paraíso del cual no pueden expulsarnos.

A modo de entretenimiento, he puesto en marcha un Trivial Motoviajero en mi Facebook todas las tardes a partir de las 18:30 horas. Junto a un buen número de personas, por unos instantes, olvidamos el drama que nos rodea y compartimos conocimientos, risas y complicidad en torno a una pasión común: las motos y los viajes de aventura.

En este tiempo, he preguntado desde mi perfil de Facebook, donde el 99% de la gente que tengo son motoristas y grandes viajeros, qué harán cuando todo esto termine. Salvo una respuesta, todos han brindado mensajes de optimismo, positivos, llenos de empatía, pasión y voluntad. Más de 330 mensajes, un pequeño experimento social si se me permite, que nos demuestra que saldremos adelante reforzados. El bicho tendrá que matarnos a todos si quiere vencer.

También he escrito, desde el corazón, a propósito de este maldito virus que está cebándose con nuestro país. Ahora soy un motorista que aplaude desde el balcón. Antes –hace apenas unas semanas- soñaba con viajar aquí y allá, con planificar nuevas rutas, nuevos reportajes, nuevas carreteras, nuevas montañas y valles. Ahora #mequedoencasa, salgo a las 8 de la tarde y observo con calidez a mis vecinos de otras calles, enjaulados en sus balcones, con las miradas perdidas, entrecruzadas, sin que en realidad sepamos quiénes somos cada uno. Pero convencidos de que vamos a salir victoriosos de este agujero vertical. De algún modo, me he dado cuenta de que este motorista que aplaude desde el balcón todos los días a los verdaderos héroes de esta guerra silenciosa, continúa emocionándose con pequeños gestos, con la suma de los esfuerzos colectivos y solidarios de muchas personas. Y eso, ahora mismo, se ha convertido en lo más importante: convertir nuestros sacrificios individuales, nuestra confianza, nuestro ánimo, nuestro ejercicio de responsabilidad en un arma contra la desesperanza. Con la suma de todos, con solidaridad, generosidad, fortaleza y determinación, la raza humana vencerá a uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta de toda su historia.

Quique Arenas.-

 

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Quique Arenas

Director de Motoviajeros, durante más de 25 años, en sus viajes por España, Europa y Sudamérica acumula miles de kilómetros e infinidad de vivencias en moto. Primer socio de honor de la Asociación Española de Mototurismo (AEMOTUR), embajador de Ruralka on Road y The Silent Route. Autor del libro 'Amazigh, en moto hasta el desierto' (Ed. Celya, 2016) // Ver libro

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