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En moto tras las huellas del Imperio Romano En moto tras las huellas del Imperio Romano
De Sagunto al Col de Panissars, las legiones romanas abrieron hace dos milenios vías y senderos que aún hoy mantienen vivos vestigios y huellas... En moto tras las huellas del Imperio Romano

De Sagunto al Col de Panissars, las legiones romanas abrieron hace dos milenios vías y senderos que aún hoy mantienen vivos vestigios y huellas que nos recuerdan el esplendor de Hispania. Esta es la crónica de una aventura en moto tras las huellas del Imperio Romano.

La geografía española está repleta de vías y senderos que hace más de 2000 años abrieron las legiones romanas en su afán por conquistar hasta el último resquicio del territorio de Hispania.

Así que en este viaje de aventura, me he propuesto seguir lo más fielmente posible los pasos que siguieron las centurias romanas sobre la Vía Augusta, calzada que unía Roma con Cádiz, y que Flavia y yo recorreremos desde Sagunto hasta el vecino país galo, donde cambiará de nombre por la Vía Domitia en el Collado de Panissars, nuestro destino.

Esta calzada anteriormente se llamó Camino de Aníbal, ya que por ella transitó este personaje en el 218 a.C., con sus 50.000 soldados cartagineses y 37 elefantes, en su camino a la conquista de Italia, pero se le cambió de nombre debido, con toda seguridad, a las rectificaciones y reparaciones que el emperador Augusto efectuó en la misma entre los años 8 y 2 a.C.

Así que después de esta pequeña introducción y sin más, os paso a relatar lo que fueron para mí y para Flavia, estos tres días y casi mil kilómetros de aventura histórica-romana que en más de un momento nos trasladará muchos siglos atrás.

Después de retrasar un par de veces mi salida por varias razones, ha llegado el momento, es temprano, y aunque no llueve se pueden ver asomar las primeras nubes entre el amanecer de este primer día.

PUENTE ROMANO DE SAGUNTO. Practicamente abandonado y olvidado, por este puente entraba la Vía Augusta a la ciudad de Sagunto hace mas de 2000 añosMe dirijo hacia mi primer destino, Sagunto (SAGYNTUM), donde intentaré localizar lo que fue la entrada principal o Kardo de la ciudad.

Tras pasar a los pies del grandioso castillo, me voy en busca del cauce del río Palancia, donde se encuentran los restos del puente romano por el que se accedía a la misma.

Ya metidos en el cauce del río los veo a lo lejos y me aproximo a ellos.

De los arcos solo queda el arranque de las pilas situadas a 4,15m de distancia entre ellas, de lo que se deduce que el arco comprendido entre las pilas conservadas alcanzaría los 6,50m de luz. El puente se construyó, cómo no, bajo el mandato de Augusto.

Aquí la Vía Augusta tenía más de cinco metros de ancho, lo que hace suponer que era de doble circulación.

Sin tiempo para más, me dirijo hacia la provincia de Castellón, donde hay restos de la Vía Augusta que se conservan como antaño.

Ahora voy en busca de la villa romana de Benicató, cerca de Nules (AD NOVLAS), importante villa romana, que era al mismo tiempo explotación agrícola y residencia.

Después de perdernos un par de veces entre naranjos y con el sol de cara, damos con ella.

Dos de sus estancias estaban decoradas con estucos y pavimento de mosaico y estaban dotadas de calefacción, que les proporcionaba un amplio hipocaustum (sistema de calefacción del suelo); entre las estancias dedicadas a la industria doméstica se hallan los restos de un lagar así como de varios dolium (Vasija de alfarería de la antigua Roma, similar a una tinaja, usada para almacenar y transportar alimentos en el Mediterráneo).

Los restos hallados nos indican que estaría habitada entre el siglo I a. C. y el IV d. C., teniendo su periodo de esplendor en el siglo II d. C.

Vista la zona seguimos camino hacia nuestro próximo destino, el Puente de Santa Quiteria, muy cerca de Villareal.

Continúo por caminillos semiasfaltados y el tiempo sigue amenazándome, son cerca de las 11 y continuando el cauce del río Mijares sé que pronto me toparé con él.

Tradicionalmente se le ha considerado romano, basándose exclusivamente en la posibilidad de que pasara por él la Vía Augusta. Los defensores de esta idea se apoyan en las aportaciones de los Vasos Apollinares, que hacen referencia al trazado de la vía Augusta desde Borriol a Vila-real, teniendo que cruzar el Mijares y, al no encontrar otros restos, identifican este puente como paso obligado de la calzada romana.

Una vez allí mi asombro es que se puede circular por él, así que después de imaginarme el paso de tropas y carruajes tirados por bueyes para esquivar el río, sigo ruta alejándome de la costa y metiéndome hacia el interior de la provincia, en busca de mis primeros miliarios romanos.

Me dirijo ahora hacia la Pobla Tornesa, pasando por Borriol, donde haré un descansillo cerca de la Ermita de San Vicente, donde hay un tramo imitación a la Vía Augusta, un sitio muy bonito donde pararé a hacerme mi esperado bocata. El día es bueno y la temperatura muy agradable, siendo una jornada ideal para viajar en moto.

Una vez en la Pobla de Tornesa mi objetivo es encontrar el único tramo de la Vía Augusta que se continúa usando, siguiendo el mismo itinerario que recorría hace 2000 años atrás. Además, sé que en él hay un par de miliarios romanos y mi objetivo es encontrarlos.

Localizada la pista me meto en ella, y al poco ya diviso el primer miliario, veo que es solo un trozo de él, que no llega a un metro, hago unas fotos y prosigo ruta. Poco a poco la pista se vuelve estrecha, pedregosa y en algún tramo me toca bajar de la moto e ir a pie para ver cómo está antes de avanzar con Flavia, ya que al ir solo no es plan de meterse en ningún marrón muy grande.

A unos dos kilómetros me encuentro con el segundo miliario romano, ahí está, como me lo imaginaba, con más de dos metros de altura impresiona. Está prácticamente intacto, aunque las inscripciones se han borrado con el paso del tiempo.

Uno de los muchos miliarios que encontramos en la ruta.Miliario Romano
A distancias regulares de una milla romana (1.481m) eran visibles en los bordes grandes miliarios de piedra, a veces de más de 2 metros de altura, los cuales indicaban al viajero el nombre de la vía y la distancia desde el inicio del trazado.

La mayor parte de los miliarios llevaban inscripciones grabadas directamente, dependiendo de la importancia de la calzada o de la cercanía o alejamiento de Roma, o de las ciudades de origen y destino. La inscripción constaba siempre de una serie de partes bien definidas:
-El título completo del emperador bajo cuyo mandato se construía o modificaba la calzada.
-El gobernador o/y la unidad militar responsable de las obras en la calzada.
-La distancia hasta Roma o la localidad más importante de la vía.
IMP CAESAR DIVI F = Emperador César Augusto/hijo del Divino
AVGVSTVS CONS XI
TRIBUNIC POTEST XVI = Cónsul por XI vez/Año XVI de su Potestad Tribunicia
IMP XIIII PONTIF
MAX = Generalísimo en XIV campañas y Pontífice Máximo
M P XXVIII = Milla XXVIII/ (desde Cartago Nova hacia Eliocroca)

Después de un tramo bastante malo, la pista se vuelve perfecta para circular, y al poco estamos viendo a lo lejos el Arco Romano de Cabanes, con su miliario incluido.

Situado sobre la Vía Augusta, hoy Camí dels Romans, el Arco romano de Cabanes fue erigido en el siglo II d.C. como monumento honorífico-funerario, posiblemente vinculado a una villa romana situada cerca de la propia vía y del monumento. Se conservan los pilares, sobre los que se asienta un arco de medio punto formado por catorce dovelas. Tiene una altura de 5,8 m. aunque su altura original debía rondar los 7 metros.

Continúo por el Camino de los Romanos, así llamado en esta zona, que después de un tramo asfaltado y antes de meterme en la provincia de Tarragona, se convierte en pista de nuevo bastante divertida.

Llegamos al vial romano de Benlloch, un trozo de Vía Augusta recuperada y sacada a la luz tal y como fue hace más de 2000 años.

Pasamos por Villanueva de Alcolea, donde posiblemente estaba situada la mansió de Illdum.

(Mansió, que proviene del latín mansus, forma verbal derivada de manere, significa “lugar donde pasar la noche durante un viaje”).

En el antiguo imperio romano era un lugar de descanso donde pasar la noche durante un viaje, un tipo de hostería ubicada junto al paso de las calzadas romanas, era una estación de descanso con parada oficial, con la función de dar servicio de posta y hospedaje. Las mansions eran mantenidas por el gobierno central para el uso de oficiales y hombres de negocios a lo largo de sus viajes por el imperio. A lo largo del tiempo fueron adaptadas para acomodar a viajeros de toda condición social y económica. Las mansiones coexistían coetáneamente a lo largo de las calzadas romanas con otros tipos de estaciones o posadas de hospedaje, estos tipos de establecimientos tenían nombres como mansió, cauponae, tabernae, mutatio,… En los primeros tiempos de las calzadas romanas, las casas situadas cerca de alguna calzada o camino romano eran obligadas por ley a ofrecer hospitalidad al que lo requiriera.

Seguimos ruta y no tardamos en entrar en la provincia de Tarragona por San Joan del Pass, donde atravesaremos el río Senia, que hace de frontera entre Valencia y Cataluña.

Al poco estamos sobre el puente romano de Galera, por donde pasaba también la Vía Augusta.

Construcción sólida, de bloques de piedra irregulares, de base romana. Es de arco de medio punto y de un solo ojo y fue paso de la antigua Via Augusta. Reconstruido y ampliado posteriormente a la Guerra Civil del 1936-39. Este puente comunicaba con el Camino Real Tortosa-Valencia a su paso por la Galera.

Poco antes de llegar a Tortosa (DERTOSAM), lugar donde tenemos previsto pernoctar, nos encontramos con la Torre de la Carrova, lugar idílico para realizar la última parada antes de terminar la jornada de hoy.

Cuenta la leyenda que la Torre de la Carrova era una torre de vigilancia donde había una cadena que colgada hasta la otra torre gemela situada en el término de Campredó, e impedía el paso a los barcos que circulaban por el río Ebro.

Como me sobra algo de tiempo, hago unos 60 kilómetros y voy en busca del Delta del Ebro, ya que nunca lo he visto y seguro que no me va a defraudar.

Ya en Tortosa, después de tomar el hotel, una duchita, una vuelta por la ciudad y a dormir que mañana nos espera otro día duro.

ACUEDUCTO DEL DIABLO.El acueducto de Les Ferreres, también llamado puente del Diablo, formaba parte de la red de canalizaciones que conducían las aguas del Francolí hacia TarracoNos levantamos sobre las siete, un buen desayuno y vamos al encuentro de nuestro primer resto romano de hoy, el acueducto del puente del Diablo, en la zona oeste de Tarragona.

Recalcar que en Cataluña ya no quedan casi restos de la Vía Augusta en sí, ya que han sido ocupados ahora por la AP7, A7, nacional 340 y Renfe, los romanos sabían muy bien por dónde hacer sus mejores vías de comunicación.

Bueno, después de un poco de lío por la ciudad de Tarragona (TARRACONEM), encuentro la salida hacia el acueducto, llego al parking, dejo la moto y a andar un poco.

A los pocos minutos ya estoy frente de él y la verdad que cuando lo ves aparecer de entre los pinos conforme te vas acercando, es IMPRESIONANTE.

El acueducto fue construido en el siglo I a.C. por Augusto y suministraba agua desde el río Francolí a la ciudad de Tarraco, capital de la provincia romana Hispania Citerior Tarraconensis, que abarcaba en su época de máximo esplendor dos terceras partes de la península ibérica. Se utilizó hasta bien entrado el siglo XVIII.

Ha valido la pena la pequeña caminata, haremos unas cuantas fotos y nos iremos en busca de la Torre de los Escipiones, no sin antes hacer una paradita en la Cala Romana para visitar la playa de la zona y relajarnos un poco, ya que hace bastante aire, muy molesto para circular en moto.

Siguiendo rumbo norte y al pie de la nacional 340, nos topamos sin casi esperarlo con la Torre, monumento funerario de la época romana que aún se conserva más importante de toda la península ibérica.

Monumento funerario romano en forma de torre cuadrada construido en la primera mitad del siglo I d.c, a seis kilómetros de la ciudad de Tarraco y en el trazado de la Vía Augusta. Consta de tres cuerpos superpuestos y originalmente estaba rematado por una cubierta en forma piramidal. En el cuerpo intermedio se conserva una inscripción latina y dos figuras que representan la divinidad funeraria Atis que erróneamente han sido atribuidas a los hermanos Escipión. En el interior la cámara funeraria contenía la ceniza de los difuntos.

Después de visitarlo y hacer unas cuantas instantáneas, seguimos hacia nuestro próximo objetivo de hoy, una cantera romana que abastecía a nuestros antepasados materia prima para sus impresionantes construcciones.

Llegamos al destino y vemos que no hay acceso a vehículos, así que nos metemos con Flavia por un sendero casi perdido para poder aproximarnos todo lo posible a la cantera, hasta una puerta rotativa en la que la moto ya no puede pasar.

Así que mochila, gorra y a andar de nuevo un poco. A los pocos minutos estamos ya en su entrada y nos disponemos a visitarla.

La cantera romana del Médolsirvió para abastecer de unos 50.000 metros cúbicos de piedra, principalmente a lo largo de los 6 km que separan la cantera de Tarraco. Es una cantera de piedra calcárea excavada durante el periodo de la República Romana y del Imperio romano de más de 200 metros de largo y entre 10 y 40 metros de ancho. Sirvió para construir los edificios más importantes de Tarraco (Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco, actual Tarragona)

La cantera tiene paredes casi verticales de hasta 12 metros y en el centro de la pedrera permanece una columna testigo (una columna de la roca original intacta), frecuentes en las canteras romanas.

Volvemos tras nuestros pasos y nos disponemos a visitar la Villa Romana del Moro, en la población de Altafulla.

En época antigua la vilae “del Moro” se encontraba situada en una pequeña elevación del terreno. Cabe destacar también la proximidad de la finca con la línea de costa, unos 700 metros, pero sobretodo, que se encontraba a unos escasos 14 kilómetros de la capital de la Hispania Citerior, Tarraco, con la que estaba muy bien comunicada gracias a que por el sur de la villa, entre esta y la línea de costa, pasaba la Vía Augusta, que venía desde Barcino y era una infraestructura indispensable para garantizar la comunicación de Roma con la parte más occidental de su imperio.

Hacemos unas cuantas fotos y seguimos ruta por la vieja nacional 340 para ir al encuentro del Arco de Bará. Allí he quedado Llorenç Miro, un motero de la zona que me quiere conocer y con el cual entablaré una larga conversación sobre motos, viajes y más motos mientras nos tomamos un refresco casi a los pies del Arco.

Del Arco de Bará qué os voy a decir de él, solemne y majestuoso, de los que te quedas atontado un buen rato mientras lo contemplas.

El arco de Bará es un arco situado en la Vía Augusta en el conjunto arqueológico de Tarraco. Se encuentra a unos 20 km de Tarragona, cerca de la localidad de Roda de Bará. Se construyó sobre el año 13 a.C., durante el mandato del emperador Augusto, incluido dentro de la reforma de la vía Hercúlea.

La inscripción que se conserva dice: «Ex testamento L(ucio) Licini(o) L(ucio) f(ilii) Serg(ia tribu) Suraeconsa[…]». Lo erigió para marcar los límites territoriales y terminar con las disputas entre las tribus de los ilérgetes y los cosetanos.

Son ya más de las tres de la tarde y sin pensarlo mucho me voy al encuentro de mi último monumento romano de hoy relacionado con la Vía Augusta, el Puente del Diablo en Martorell (AD FINES).

Para ello debemos de atravesar una comarca rica en vinos y cavas, lo que nos ofrece unos paisajes de viñedos espectaculares, Penedés, San Sadurní de Noya y otros tantos más…

Después de un buen rato de curvitas, sobre las 5 de la tarde llegamos a Martorell y nos disponemos a ir en busca del puente, dando con él después de callejear un rato por sus estrechas y peatonales calles.

Puente del Diablo, en Martorell, construido en torno al año 10 a.C.Como todo lo visto en el día de hoy, también es digno de admiración. Aparcamos la moto y lo atravesamos a pie, sus vistas hacia el río desde el punto más alto son de vértigo e impresionantes.

De origen romano, formaba parte de la Vía Augusta siendo construido alrededor del año 10 a.C. para ser transitado por carros de bueyes sobre el río Llobregat, con una longitud de 130 metros, una calzada ancha y prácticamente horizontal, como se puede ver en los extremos, y con una pila en medio del lecho del río.

De la época romana se conservan los estribos del puente, hechos con grandes sillares, con inscripciones de las legiones que trabajaron (legiones X Gemina, IV MacedonicayVIVictrix), y un arco triunfal honorífico en el margen izquierdo, probablemente del siglo II, que señalaban los límites entre Tarraco y Bárcino. Hasta el siglo XIV fue el único puente del valle bajo del Llobregat.

Bueno, este ha sido el último objetivo de hoy, así que aquí os dejo la leyenda de este puente que yo me voy a San Andreu de la Barca a pillar el hotel y a descansar un rato antes de empezar mi tercera jornada de la ruta “Tras las huellas del Imperio Romano”.

La leyenda de este puente, cuenta la historia de una anciana que cada día debía pasar el río para ir a buscar agua a la fuente que había en la otra orilla. Ella era ya muy mayor y no estaba para esos trotes. Saltar de piedra en piedra, mojándose los pies ya le había traído más de un disgusto.

Una mañana, cuando estaba junto la orilla, a punto de pasar el río, se le apareció el diablo, que era un negociante de mucho cuidado.
– ¡¿Qué hace usted pasando el río de esta manera?! Con mi gran poder, haré que no tenga que cruzarlo nunca más!
–¿Cómo? –preguntó la anciana sorprendida.
–Dame una noche, y te construiré el puente más bonito que jamás hayas visto.
–¿Seguro? –preguntó ella.
–¿Acaso dudas de mi palabra? –respondió el diablo– Y no os va a costar ni un real. Me conformo con quedarme con el alma del primero que cruce el puente.
La anciana, cansada de tener que cruzar el río cada día aceptó el trato.
El diablo estuvo toda la noche trabajando y cuando los primeros rayos de sol despuntaban tras la Torre del Telégrafo, el gran puente estaba acabado.
El diablo, escondido tras el arco del puente, en la otra orilla, esperó a que la anciana llegara, para que pasara el puente en busca del agua y así poder quedarse con su alma. Pero las cosas no salieron como él esperaba.
Cuando la viejecita llegó al puente, sacó el mandil del cesto que llevaba colgando del brazo. De dentro del cesto salió un gato negro como el carbón, que asustado empezó a correr puente arriba.
Y así es, como desde ese día, la anciana y todo el mundo puede cruzar, sin miedo, el puente mientras el diablo nos mira, sin poder hacer nada, junto al alma de un gato…

Amanece el tercer y último día de ruta, es viernes y ya estoy en marcha con Flavia, el tráfico es intenso y el caos circulatorio increíble, camiones, coches y demás vehículos hacen cola en las rotondas para poder salir de la zona.

Atravieso Sabadell (ARRAGONEM), Granollers (SEMPRONIANA) y al final pillo un tramo de autovía para poder desahogarme un poco, ya que voy mal de tiempo y he quedado a las 11 con el gran Dave Koper, que me acompañará por tierras gerundenses hasta el final de la ruta.

Mi punto de encuentro con él es Villablareix, donde hay una Torre Sepulcral a los pies de la Vía Augusta.

Llego un poco antes de la cuenta y sale a mi encuentro un lugareño que me dice que está en una finca privada y no se puede visitar, yo la veo a lo lejos y con eso me conformo.

Torre funeraria de época romana (siglo II-III d.C.) conocida también por Torre dels Gavatxs, Torre dels Moros, Poudels Moros o mausoleo a cuyo alrededor se formó una necrópolis romana.

A los poco minutos llega el gran Dave, saludos y abrazos, nos hacemos las pertinentes fotos y nos vamos en busca del siguiente objetivo de hoy, Castellum Fractum en Sant Julià de Ramis, Girona (GERUNDAM).

Después de recorrer varias carreterillas de la zona, cogemos un desvío que nos empieza a subir y subir hacia el cielo, hasta que a los pocos minutos nos toca dejar las motos para proseguir andando un pequeño tramo que nos acercará a nuestro destino.

Ya estamos en él, desde luego que las vistas desde allí arriba son impresionantes, los romanos podían contemplar todo el paso de la Vía Augusta en varios kilómetros, al igual como hoy podemos contemplar desde aquí la autopista zigzagueante dirigiéndose hacia la Junquera por el Valle.

Esta fortaleza fue construida entre mediados del siglo IV e inicios del siglo V d.C. sobre los restos de un poblado ibérico del siglo VI a.C.

La zona donde se construyó dominaba la Vía Augusta y se utilizó como depósito y guarnición militar.

Los visigodos ocuparon el lugar hasta el siglo VII, momento en que es ocupado por los musulmanes bajo el mando de Abd-al-Rahman, que probablemente haya dado el nombre que acompaña a San Julián: Ramís

Precioso tramo de pistas y campos en florFue luego ocupado por los Francos antes de que estos ocuparan Girona. Se cree que fue abandonado antes del siglo IX. En la época de Carlomagno ya se le conocía como un castillo en ruinas, de ahí el nombre: Castillo Fractum.

Contemplamos las espectaculares vistas, hacemos las fotos de rigor y nos vamos dirección a Banyoles, donde iremos en busca de la Villa Romana de Vilauba, situada en la población de Camós.

Unos cuantos kilómetros de buenas carreteras nos acercarán al tercer objetivo de hoy, llegamos hasta la entrada y observamos que hay gente que está trabajando en él, parece que son arqueólogos, así que con disimulo y haciéndonos los locos empezamos a visitar la zona sin que nadie nos diga nada.

Se trata de una villa que comienza a principios del siglo I a.C., posiblemente sobre una ocupación ibérica anterior, de la cual apenas tenemos rastros, y que, en dos fases (I-III a.C.) se extiende entre el mundo romano y el visigodo, y constituye hoy en día el mejor documento, después de muchos años de investigación científica continuada sobre la romanización en la comarca del Pla de l´Estany.

Se considera que el nombre de Vilauba puede estar relacionado con el topónimo “Villa Alba” (villa blanca), que hace referencia a la masía más cercana al yacimiento, y que puede representar un elemento de continuidad en el tiempo.

Luego nos haremos un refrigerio ante el grandioso y bonito Lago de Banyoles.

Ahora dirección Figueres (LUNCARIAM) a comer por una bonita carretera que nos llevará rodeando el lago hasta la entrada a la población.

Allí nos juntamos con Pep, otro gran motero amigo que nos acompañará durante una larga comida, en la que hablaremos, cómo no, de motos, viajes y aventuras.

Son más de las cuatro y tenemos que ir en busca del principio de la Vía Augusta aquí en Hispania y a la vez, el final de mi viaje, así que sin más demora, nos despedimos y tomamos rumbo hacia la Junquera, que es el paso más suave para cruzar los Pirineos, y al igual que lo hizo Aníbal con sus 50 elefantes cuando fue a la conquista de Roma, lo intentaremos hacer nosotros antes de que nos caiga la noche encima.

Vamos rumbo hacia tierras galas y en poco más de media hora atravesamos la frontera, ya estamos en Francia, atravesamos Le Perthus, pueblecito francés con infinidad de tiendas, y cogemos un desvío a la izquierda que nos llevará al Coll de Panissars (IN PYRAENEUM)

Empezamos a subir por una estrechísima carretera asfaltada y en un par de kilómetros estamos allí, dejamos las motos a sus pies y nos preparamos para recorrerlo.

Panissars, la más antigua frontera del Pirineo y el más asequible de los pasos naturales que ofrece en su declive hacia el mar, es hoy de difícil acceso. Ahí se encuentra el mítico enclave de los Trofeos de Pompeyo, por las victorias del emperador en Hispania, en el año 71 antes de Cristo, el altar de César y los restos pertenecientes, probablemente, a la mansió Summum Pyrenaeum.

Aquí terminaba la Vía Domitia, procedente de Roma, y empezaba la Vía Augusta, dirección a Cádiz. Dos rótulos amarillos marcan el punto de encuentro de las dos grandes calzadas imperiales.

La mayor leyenda del lugar es el paso de Aníbal, con sus hombres y elefantes, en la guerra de Cartago contra Roma, cantada por el historiador Josep Pella i Forgas en su añeja Historia del Ampurdán. El caudillo africano cruzó el Pirineo más al interior, trazando un gran arco para evitar a las guarniciones romanas de Empúries y la costa.

Igual que hemos visto anteriormente, los romanos sabían elegir donde erigir sus construcciones, ¡¡¡menudas vistas!!!!

Muchas fotos, muchas caras de alegría y satisfacción al haber podido culminar mi ruta en este pequeño pero emblemático lugar donde hace muchos años empezó nuestra Vía Augusta.

El sol se está poniendo, así que nos vamos rumbo a Figueres, donde abusando de la hospitalidad de Dave y su mujer Mireia, me quedaré a cenar y dormir en su casa para al día siguiente tomar rumbo hacia tierras valencianas, donde empecé esta fantástica “rutaventura” histórica-romana.

Esto ha sido extraordinario, por fin he podido recorrer muchos tramos de la Vía Augusta que me han ayudado a comprender un poco su forma de vida y su forma de organizarse en la conquista de tierras Hispanas, así como comprender su papel capital en las comunicaciones y el intercambio cultural durante más de dos mil años.

Gracias a todos por apoyarme en esta fantástica aventura y espero poder seguir deleitándoos con otra histórica ruta más adelante.

Hasta la próxima ruta…

Para Motoviajeros, Salvador Ferrando (Salva GS)
cronicasdesalvags.blogspot.com.es

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Quique Arenas

Director de Motoviajeros, durante más de 25 años, en sus viajes por España, Europa y Sudamérica acumula miles de kilómetros e infinidad de vivencias en moto. Primer socio de honor de la Asociación Española de Mototurismo (AEMOTUR), embajador de Ruralka on Road y The Silent Route. Autor del libro 'Amazigh, en moto hasta el desierto' (Ed. Celya, 2016) // Ver libro

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