La desbordante e inabordable India

El país donde el tiempo  y el espacio cobran un sentido diferente, rompe los esquemas de la mente; siempre es reto, aventura, desafío y  prueba, sin duda, no es viajar a un lugar del planeta, sino viajar a otro planeta.

Es una tierra de extremos, un día estás con un sol radiante y al día siguiente permaneces incomunicado por las fuertes lluvias; paseas por bonitos palacios de maharajás donde el lujo es desbordante y luego transitas por barrios donde no existe el agua corriente; enormes adelantos tecnológicos y sin embargo,  sigue habiendo planchas de carbón y así podríamos enumerar un sin fin de contrastes que irremediablemente confunden e impactan  al viajero produciéndole un cúmulo de vivencias y emociones que no olvidará nunca; el país del yoga gustará o no gustará, pero jamás te dejará indiferente.

“El viaje al interior de la India es a la vez un viaje al interior de uno mismo”  Ramiro Calle

El país, formado por la península que se extiende en el océano Índico,  ha llamado la atención a grandes escritores durante siglos, los cuales,  motivados por sus lecturas y por su imaginación, escribieron sin cesar hasta que descubrieron que la realidad de ese mundo  sobrepasaba todos los límites.

La lista de libros que hablan sobre cultura, costumbres, regiones, templos, rutas, etc., del país es infinita, sería arduo e interminable mostrar aquí ni siquiera una pequeña parte, así que señalaré solamente algunos de ellos.

Ya en el siglo III a. C se publicó la gran obra india Ramayana, el equivalente a la Odisea de Homero en el mundo occidental. Su autor, Valmiki plasma las enseñanzas de la cultura sánscrita que perduraría en el tiempo y no sólo en India, sino en los países de alrededor.

Alvaro Enterria en su obra La India por dentro muestra con una explicación clara y concisa los fundamentos y raíces de la compleja sociedad, que se entenderán mucho mejor tras leer Hijos de la medianoche donde Salman Rushdie señala acontecido en la noche del 15 de agosto de 1947 cuando el país logró su independencia del imperio británico.

El gran Premio Nobel Rudyard Kipling con su obra Kim u otros autores como Javier Moro o Dominique Lapierre han realizado grandes labores de investigación plasmando  los resultados en novelas como La ciudad de la alegría, El pie de Jaipur, Era medianoche en Bhopal, Senderos de libertad, etc.

Al igual que es un país con grandes contrastes culturales lo es también en su geografía, por lo que resulta fascinante para los viajeros,  tiene absolutamente de todo.

Al norte, encontramos la gran cordillera más alta del mundo donde sus  nevados picos se extienden a lo largo de su frontera. Esta colosal región de enormes montañas, inmensos valles,  grandes cañones e increíbles gargantas  deja atónitos a los amantes de la conducción.   Recorrer India por carretera no es recorrer cualquier país, aquí una vez más es fascinante, impactante, cautivador pero también sobrecogedor y aterrador en esos momentos en los que muchos conductores olvidan cual es el sentido del tráfico.

En esta zona norte del Himalaya donde las carreteras, por llamarlas de alguna manera, serpentean polvorientas junto a esos acantilados con unas vistas increíbles, se tiene además que sortear por ejemplo a los trabajadores del BRO,  habitantes forzosos de las carreteras del Himalaya que trabajan para la Organización de carreteras fronterizas, o  a los Gaddis, pastores que asciendes con sus rebaños hasta alturas increíbles.

Decía Herbert Tichy  en su novela Hacia el trono de los dioses,  viaje realizado en una motocicleta a la que adaptó  un tanque de veinte litros para no tener que repostar continuamente por países como India, Tibet y Afganistán, que cuando la lluvia cesaba  aparecía la niebla envolviéndolo todo y embarrado te empeñabas en seguir hacia esas cumbres, pero que cada paso que daba, añoraba occidente, hasta que en un segundo divisaba una manchita azul en el gris y encapotado firmamento y lo que era un país de sufrimiento se convertía en un país de leyenda y ahí:

“Se desvanecía toda la añoranza a Europa”

En su paso por India, Herbert conoció muy bien la zona de Bombay, decía que conducir en esa región siempre resultaba interesante salvo en época de monzones ya que el cauce de los ríos era a veces tan alto que llegaba más arriba del carburador y el cilindro, de forma que, era mejor no poner en marcha el motor y empujar la moto por esas carreteras tan resbaladizas que en más de una ocasión perdías a tu gran compañera de viaje viendola rodar calle abajo.

Si se quiere conocer más en profundidad la zona de Bombay y alrededores nada mejor que hacerlo junto a Gregory David, en su novela Shantaram.  Es la historia real de la evolución de un hombre que llegó de Australia dando un giro en su vida y para ello recorrió los barrios marginales, las ciudades cercanas e incluso la prisión Arthur Road.

Entre los Himalayas al norte y la cuenca del Ganges al sur, se encuentra el gran estado Uttar Pradesh, con gran interés cultural por lo que quizá sea la zona más visitada por los viajeros que quieren realizar una primera toma de contacto con este increíble país. Aquí se sitúan lugares como Agra con su más que famoso, Taj Mahal o la gran ciudad de peregrinación conocida como la ciudad de la luz, Benarés, que si cuando llegas allí  crees que ya no te sorprenderá nada, te equivocas; esa ciudad supera toda la imaginación,  como se puede comprobar en la novela Benarés, un cuaderno de viaje de Javier Redondo Jordán.

“Como un imán que invirtiera constantemente sus polaridades, de igual modo atrae que repele, Benarés fascina y repugna al mismo tiempo”

La zona este es el territorio en el que Buda concibió su forma de vida y la zona oeste es el gran mosaico de  posibilidades donde abundan al sur,   los templos e iglesias a lo largo de sus más de cien kilómetros de hermosas playas  y en su zona más elevada encontramos  zonas desérticas acompañadas de verdes montes.

El interior del fascinante Rajasthan,  que es uno de los estados más coloristas y pintorescos del país, se encuentran verdaderas joyas como por ejemplo, su capital Jaipur, Udaipur o la increíble ciudad dorada Jaisalmer que inevitablemente, invita a la ensoñación. Javier Redondo recoge sus impresiones de las principales localidades en otro cuaderno de viaje llamado Rajastán. Pero aquí lo realmente maravilloso  es  salirse de las planificaciones y coger un saco de dormir, algo de ropa de abrigo, agua,  protección solar y un buen turbante para la mañana siguiente  e irte a dormir a una zona retirada del rocoso desierto del Thar donde su atardecer y su amanecer te regalarán imágenes difíciles de olvidar. Es un desierto duro, aquí no se duerme blandito sobre maravillosas dunas, aunque también es cierto que se pueden encontrar bellas zonas verdes en los montes Aravalis.

Otro estado que despierta mucho interés para los viajeros es el de Tamil Nadu, situado  junto al estado de Kerala que sin duda es un prodigio de la naturaleza. Esta región,  cuya capital es Chennai, antigua Madrás, desborda  por su  riqueza arquitectónica; los templos son realmente soberbios y algunos de ellos parecen más ciudades sagradas que templos en sí. Recorrerlos en una maravilla, bien lo descubrió el gran Ted Simon, cuando llegó al país indio desembarcando en la antigua capital.  En su gran novela Los viajes de Jupiter dice :

“Conducir por el Camino de los Templos es meterse en un agujero negro que lo absorbe todo rápidamente, comprimiéndolo y condensándolo más de lo que puedas imaginar. El nombre de los templos son impronunciables, tienen bastante más sílabas por palabra de las que puede pronunciar una lengua occidental, más gente por turista de la que pueden ver los ojos, más distancia por kilómetro, más sorpresas por minuto, más esculturas por metro cuadrado. Y dicen que en algún lugar en mitad de esta barahúnda, se encuentra la calma ¡ Pues, hala, a buscarla!”

“La India no es una promesa, tan solo una llamada” Morgan Forster

Texto y fotos: Gema de los Reyes