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Hacia tierras gallegas Hacia tierras gallegas
Galicia es un paisaje litoral repleto de cabos rocosos, sinuosas rías que llevan el mar hasta las campiñas profundas, pequeños pueblos pesqueros, estrechas calas... Hacia tierras gallegas

Galicia es un paisaje litoral repleto de cabos rocosos, sinuosas rías que llevan el mar hasta las campiñas profundas, pequeños pueblos pesqueros, estrechas calas con preciosas playas de arena fina y un interior donde poder ascender a montañas, navegar por cañones, visitar ruinas y disfrutar de los mosaicos de prados, la región más noroeste de la península se antoja como insuperable.

Galicia es tierra de rutas, de grandes praderas verdes, de peregrinos, de pueblos recónditos donde las antigüedades eclesiásticas ocupan nueve volúmenes de la España Sagrada, como recogía Richard Ford en su Manual para Viajeros por España y lectores en casa.

El célebre escritor gallego Álvaro Cunqueiro denominó su tierra como el “país de los mil ríos”, de ahí que sus rutas, adaptadas a la orografía de la zona, sean las que siempre deseamos los amantes de las dos ruedas. Si ya de por sí una vez que pruebas el viaje en moto estás condenado a no abandonarlo, si lo realizas por la región que cuenta con un espacio privilegiado hechizado por el tapiz verde que lo cubre y por el agua que lo recorre, la experiencia no tiene precedentes, te absorbe su belleza natural, su cultura milenaria, sus paisajes de ensueño, su gastronomía y sus gentes.

Pasajero en Galicia constituye una inmejorable guía de las tierras gallegas realizada por el más sabio y erudito de los escritores gallegos quien además de describir lo que ve lo enriquece contando tradiciones, leyendas e historias de tiempos inmemorables.

Si se quiere conocer más sobre la historia de la región y además en lengua gallega nadie como Ramón Otero en su obra Galicia, una cultura de occidente, para recoger ideas y organizar tus propias rutas, ya que recorre los lugares más destacados de la comunidad siguiendo su pasado, su historia y su tradición.

Hacia tierras de galicia

De las muchísimas posibles rutas que se pueden realizar, la Ribera Sacra es una de las elegidas. La zona de la profunda garganta de roca y sinuosas curvas del Cañón del Sil no deja indiferente a nadie.

Alrededor de treinta y cinco kilómetros, entre las provincias de Lugo y Ourense, se rueda por amplias curvas y meandros formando rincones de la más absoluta belleza. Todo el Sil es una oración medieval; en su maravillosa depresión se esconden muchas iglesias románicas y monasterios, unos en ruinas y otros convertidos en paradores como el de Santo Estevo, que un día sirvieron para albergar a los monjes que se aislaban del mundo. F. García de Cortazar en su Viaje al corazón de España trata la región de Galicia y cuando habla de esta zona dice que:

“El viajero guarda el recuerdo imborrable de las viejas piedras de los monasterios asomando entre la roca y la vegeta- ción de las estrechas y abruptas paredes por las que se retuercen las aguas del Sil”

La zona está repleta de miradores, además de los más conocidos como por ejemplo el de los Balcones de Madrid o el de Cabezoás, también encontramos otros como el impactante Vilouxe, el de la Columna donde se observa el impresionante y último meandro del Sil, o el tan demandado al atardecer por su columpio, el O Bambán do Sopor. Localidades como Castro Cárdelas ubicada entre colinas y con calles empedradas le ha llevado a la obtención del título de uno de los pueblos más bonitos de España.

Otra ruta fantástica para recorrer en moto es la de las Rías Bajas que ocupan la costa oeste de la provincia de A Coruña y casi todo el litoral de Pontevedra. Con sus seis rías, es un destino lleno de historias que generan a la sociedad creencias, miedos, misterios y muchas, muchas leyendas. Desde su formación, que se dice que fueron creadas cuando Dios apoyó su mano y dejó que entre sus dedos se entremezclara el agua hasta creencias como la de Santa Compaña o la Procesión das Xás. A través de un trazado de curvas tranquilo y sosegado la zona ofrece un sinfín de rincones que desde luego no deja indiferente. Ya lo señalaba Alfonso Pérez Nieva en su novela Por las Rías Bajas que hace referencia a localidades como Tuy, Vigo, Pontevedra, etc.

Hacia tierras de galicia

No se puede dejar atrás la tan nombrada Costa de la muerte donde sus temporales y su situación geográfica han definido una orografía fantástica para disfrutar de acantilados, parajes despoblados, playas salvajes y cabos que se sitúan sobre el mar con esos “cuidadores de esperanzas” que señalan a los navegantes la situación de la costa y que desde luego no es fácil muchas veces llegar a ellos. Los faros nacieron siendo hogueras encendidas en puntos estratégicos o suficientemente elevados para más tarde protegerse por estructuras para evitar vientos y lluvias.

Ya en el siglo VII a.C Homero se refería a la iluminación de los faros en su gran novela la Iliada, diciendo:

“Como aparece el fuego encendido en un sitio solitario de la cumbre de un monte a los navegantes que vagan por el mar”

Siento auténtica debilidad por ellos, siempre los busco, los visito, los admiro, me encanta deleitarme con sus cúpulas y vidrieras. Álvaro Cunqueiro decía que el primer faro que se ve nunca se olvida y Paco Nadal va más allá diciendo que el primer faro es como un primer beso.

Repletos de historias de naufragios los faros han esculpido el litoral y se muestran como metas volantes a lo largo de todo el camino. De Coruña a Muxia encontramos carreteras que transcurren bordeando la costa, otras entre bosques de pinos y otras que por el viento parece que estamos en lo más alto de Europa como por ejemplo las que hay que coger para ir a lugares como Punta Roncudo.

Y si hay algo que también recuerdas de las rutas en moto son esas paradas donde se pone a prueba la gastronomía de la zona. Y ¿Qué decir de Galicia? Recuerdo una de las paradas que realicé durante esta ruta, llegué a un pequeño y escondido pueblo al que accedí a través de una pista, donde la expresiva cara de la cocinera me dejó cautivada.

“¿Qué vas a comer?”, me preguntó.

“Algo que no sea lo de siempre, es decir, ni pulpo ni marisco”, dije.

“Fantástico, efectivamente lo típico es eso, pero dada la popularidad del primero y la temporalidad del segundo no siempre es lo más adecuado, así que hoy vas a comer algo diferente, ya veré qué te pongo”.

Hacia tierras de galicia

Así que me quedé esperando con mi botella de agua con gas, hasta que apareció con una bandeja de pimientos de Padrón que me recalcó que eran de Herbón, pueblecito cercano donde real- mente estaba la denominación de origen de los mismos y otra bandeja con varios tipos de carnes donde destacaba la ternera, el porco celta, jabalí con salsa de castañas y todo ello acompañado de un pan que también me señaló que era de un pueblo llamado Carral. Parecía que íbamos a comer seis personas, me llenó la mesa con auténticos manjares y por si no había tenido bastante, de postre me trajo una tabla de quesos con membrillo. Al contarme cómo había hecho la salsa de castañas, nos pusimos a recordar ese buen libro titulado Viajes y yantares por Galicia, donde a través de sus treinta y siete capítulos A. Cunqueiro recorre las diferentes regiones mostrando no sólo los paisajes y sus gentes, sino su cultura culinaria.

Siempre se ha dicho que Galicia es un territorio mágico lleno de leyendas y fantasmas que toman vida cuando la región es alcanzada por el gris de los cielos en medio de un temporal, así encontramos obras como la de Juan G. Atienza, denominada Leyendas del camino de Santiago, sin duda la ruta de la rutas, que aunque en su mayoría de las veces ésta se realiza andando o en bicicleta, existen numerosas carreteras y pistas que te llevan a conocer a través de sus mitos, ritos y leyendas esta herencia cultural transmitida a lo largo de los siglos. Rutas en moto para realizar la ruta Jacobea hay muchas, aunque la Oficina del Peregrino no reconoce esa modalidad de peregrinación, con lo cual, no se podría obtener la Compostela, aunque sí se podría solicitar el credencial del peregrino e ir sellándolo durante el recorrido. La parte gallega del Camino de Santiago, lo que conocemos como “Camino francés” es un tramo fantástico para la moto. Transcurre entre carreteras de buen asfalto con diferentes desniveles donde quizá el mejor tramo es el que va desde el puerto de Pedrafita hasta Portomarín, repleto de curvas donde el baile está asegurado entre bosques de robles y castaños. Nadie refleja mejor esa zona que Cunqueiro en su Por el camino de las peregrinaciones; acompañado del fotógrafo Magar realiza una crónica de su viaje entre Piedrafita y Santiago, visitando las iglesias, imágenes veneradas, costumbres, etc., sin duda un buen compañero para llevar en el topcase.

“Piedra y luz, sombras y nieblas, anti- guas aldeas de granito y mansiones de origen señorial, casas rurales y urbanas, ríos patriarcales y rías de indefinible encanto, eso es Galicia, un todo en un mapa” E. García Cortázar

 

 Texto y fotos: Gema de los Reyes /viajandoconmicamara

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Quique Arenas

Director de Motoviajeros, durante más de 25 años, en sus viajes por España, Europa y Sudamérica acumula miles de kilómetros e infinidad de vivencias en moto. Primer socio de honor de la Asociación Española de Mototurismo (AEMOTUR), embajador de Ruralka on Road y The Silent Route. Autor del libro 'Amazigh, en moto hasta el desierto' (Ed. Celya, 2016) // Ver libro

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