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Perú: La Cordillera Blanca Perú: La Cordillera Blanca
Si uno quiere sacarle el máximo provecho a una visita a Perú, debe ir a Huaraz, que es destino ideal para entrar el Parque... Perú: La Cordillera Blanca

Si uno quiere sacarle el máximo provecho a una visita a Perú, debe ir a Huaraz, que es destino ideal para entrar el Parque Nacional Huascarán y a la Cordillera Blanca. Huaraz está localizado en la Sierra nor-central de los Andes Peruanos, en la región Ancash. Para llegar a la ciudad de Huaraz por tierra, saliendo de Lima, hay algunas opciones interesantes. La más rápida y popular es tomar la ruta asfaltada usando la carretera Panamericana norte y al llegar al pueblo de Casma tomar la carretera PE-14A, que va hacia las montañas con dirección al Este. Esta ruta pavimentada está en buenas condiciones y es un deleite en dos ruedas, con muchas curvas que te llevan desde la costa hasta las montañas en sólo unas horas. Además la ruta ofrece muy buenas vistas de algunos nevados, una vez que se ha subido arriba de los 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar. La otra opción es seguir subiendo por la Panamericana norte hasta llegar al pueblo de Santa, y tomar la carretera de tierra PE-12 hacia el Este, que pasa por el popular Cañón de Pato y sus numerosos túneles de piedra. Si bien esta ruta es más retadora, definitivamente ofrece una experiencia más única y aventurera. Las condiciones del camino son buenas en general, pero con algunas secciones corrugadas, que van a poner a prueba la suspensión trasera de tu motocicleta y tus riñones.

La ciudad de Huaraz es la capital de la región Ancash, y ofrece muchos servicios para poder explorar los alrededores. En días con clima favorable, las vistas desde la misma ciudad son excelentes, pues se pueden ver algunos de los nevados cercanos. Si uno opta por hospedarse en la ciudad, hay hoteles para todo presupuesto, desde los simples y baratos hasta los hoteles de lujo. Pero cabe mencionar que uno puede salir de la ciudad y disfrutar de la naturaleza, acampando en algunas de las zonas oficiales para camping o en las muchas opciones no-oficiales, reduciendo costos y aumentando las experiencias dignas de recordar.

Culturalmente hablando, Huaraz tiene mucho por ofrecer, es por eso que es recomendable tomarse unos días para explorar esta bella ciudad andina. Esto también servirá para darle al cuerpo la oportunidad de aclimatarse a la altura antes de enrumbarse por caminos montañosos, pues la ciudad de Huaraz esta ubicada a 3.050 m.s.n.m. Salir a caminar por la ciudad y visitar sus mercados, probar las comidas típicas de la región en los innumerables restaurantes, o simplemente sentarse en la Plaza de Armas y observar la vida pausada de los pobladores locales, son algunas de las actividades que no requieren de mucha logística pero que le dan a uno la oportunidad de aprender del estilo de vida de la zona.

Huaraz está situada en el Callejón de Huaylas, entre la Cordillera Negra (al Oeste) y la Cordillera Blanca (al Este). La carretera principal PE-3N que va de norte-sur, es la vía asfaltada que conecta la mayoría de los caminos que cruzan las cordilleras y los puntos de interés dentro del Parque Nacional Huascarán. El Nevado Huascarán es la montaña más alta de Perú y llega hasta los 6.768 m.s.n.m. Este imponente nevado puede ser visto desde la carretera PE-3N y desde muchos puntos de la zona, pero la mejor vista desde la ruta es, sin duda, la que ofrece el Paso Portachuelo, al norte de Huaraz. Este paso o “abra”, como los locales lo llaman, está a una altura de 4.767 m.s.n.m. y se puede acceder por el Oeste entrando por las Lagunas de Llanganuco.

Las Lagunas de Llanganuco son la entrada principal al Parque Nacional Huascarán, y se llega pasando por el pueblo de Yungay. El camino de acceso, que es de tierra, sube en zig-zag entre paredes de roca verticales a cada lado de la carretera, y se elevan cientos de metros ofreciendo vistas impresionantes del lugar. Durante el ascenso da la sensación de que uno ha retrocedido millones de años, al ver cascadas de agua caer desde lo alto de estas paredes rocosas y ver la flora peculiar de esta zona que en algún momento estuvo cubierta por capas de hielo glaciar.

Una vez que se llega a las lagunas, que llevan de nombre Chinacocha y Orconcocha, el terreno se vuelve plano temporalmente, pero aún angosto por tener montañas altas a cada costado. En días soleados, las lagunas reflejan el color turquesa intenso típico de aguas glaciares. Pasando las lagunas se encuentra uno de los lugares oficiales designados para acampar. Los servicios para acampar son básicos pero las vistas son inigualables, con las lagunas a frente, las montañas alrededor y los árboles Queñual con sus troncos rojos y ramas retorcidas. Desde aquí el camino sigue y sube 900 metros más, en solo 15 kilometros, hasta llegar al Paso Portachuelo. Es un camino rocoso y demanda total concentración en algunos sectores pues la moto se mueve de un lado para el otro en este camino angosto, con precipicios verticales a un costado, dejando poco margen para errores. Pero las vistas valen el esfuerzo pues son realmente magníficas. Entre los nevados que se pueden apreciar, en un día sin muchas nubes, estan Choquipalqui, Huandoy, Pisco y claro, Huascarán.

Al sur de Huaraz, siguiendo la carretera PE-3N, hay un desvío en el pueblo de Catac para visitar Chavín de Huántar. Este camino es asfaltado hasta que se llega a la cumbre, donde el camino se convierte en tierra. Antes de llegar a la cumbre, las vistas de la parte sur de la Cordillera Blanca inundan los panoramas durante la ruta. Pero las montañas se ven a lo lejos, habiendo largos trechos de campos verdes de los pastos naturales de la zona. Al empezar el ascenso se llega a la Laguna Querococha, que se encuentra al pie de una serie de montañas de picos afilados, haciendo que los paisajes sean espectaculares. Para llegar a la cumbre primero hay que pasar por un festival de curvas, que hacen que el corazón de todo motociclista se acelere. Y a pesar del frío y las alturas, no hay otra opción que llevar una sonrisa en el rostro bajo el casco. En el abra se encuentra el largo túnel de Kahuish que te lleva al otro lado de la montaña, situado a 4,516 m.s.n.m. Luego del túnel, la carretera deja de ser asfalta y pasa a ser de tierra, con algunas secciones en mal estado por el transitar de camiones pesados y buses, pero está muy bien conservada en general.

Al poco tiempo se llega a las ruinas arqueológicas de Chavín de Huántar, que datan de más de 3.000 años atrás y fueron una serie de templos ceremoniales de la cultura Chavín. Al recorrer la zona arqueológica es evidente la destreza de los escultores de esta cultura pre-colombina, se pueden apreciar los detalles en las esculturas en piedra y las paredes de piedra de los templos ceremoniales. En especial, está el Lanzón Monolítico, con más de 4,5 metros de altura, que fue tallado de un solo trozo de piedra. Además están las Cabezas Clavas, que son cabezas mitológicas de piedra talladas con figuras humanas combinadas con rasgos felinos. Estas cabezas en piedra están puestas en las paredes de las afueras del templo principal, y se deduce que eran los guardianes del templo.
Otro de los atractivos para visitar en dos ruedas que ofrece el Parque Nacional Huascarán es el camino que te lleva al Paso Punta Olímpica. Localizado al norte de Huaraz, este paso ofrece vistas impresionantes de valles, nevados, ríos y glaciares. Para acceder a esta zona por el Oeste, se toma el desvío en el pueblo de Carhuaz, con dirección Este hacia el pueblo de Chacas. Esta ruta ha sido asfaltada recientemente y es ideal para los que prefieren la total suavidad de asfalto nuevo. Una vez más, como es costumbre en Perú, el ascenso a la cumbre está conformado por una serie de curvas de derecha e izquierda, curvas de todo tipo: cerradas, abiertas, lentas, rápidas, etc. Al empezar a subir al abra, uno se encuentra con un valle plano, donde se aprecia el ganado y algunos carneros tranquilamente tomando agua y comiendo pastos naturales. El Paso Punta Olímpica está ubicado a una altura de 4.890 m.s.n.m.; como parte de la mejora de la carretera hay un túnel largo, de 1.384 metros, que debe de haber sido un gran proyecto de ingeniería, por las condiciones climáticas de esta zona y las alturas en las que se debe de haber trabajado para culminar la construcción. Una vez al otro lado del túnel, y de la montaña, el descenso tiene la misma receta que el ascenso: curvas, curvas, y más curvas. Un sueño de carretera. Para los que busquen adrenalina, cerca del acceso al túnel hay un desvío para subir por la antigua carretera que te lleva al abra original de Punta Olímpica, pero hay que tomar en cuenta que este camino no recibe mantenimiento y es común encontrar nieve profunda en la cima, ademas de ser angosto, hay muchas piedras bloqueando el camino. Para las motos grandes y pesadas es un gran reto poder subir y bajar por este camino antiguo, que no olvidado.

Cerca de Huaraz, en realidad a solo unos minutos al sur de la ciudad, hay una laguna poco conocida llamada Wilcacocha. El desvío de acceso está en el pueblo de Santa Cruz. Wilcacocha está localizada en la Cordillera Negra y el camino de tierra para llegar a la laguna es angosto, con algunas secciones en mal estado. Pocos viajeros llegan a esta laguna, lo cual hace que sea un lugar ideal para poder acampar y ver a los patos salvajes jugar en sus aguas. Wilcacocha es uno de los lugares oficiales para acampar, pero curiosamente no hay servicios de ningún tipo. Las vistas desde este lugar son impresionantes, se puede ver abajo el Río Santa que va paralelo a la via PE-3N y el Callejón de Huaylas, donde está la ciudad de Huaraz. Tiene la Cordillera Blanca como fondo y la laguna a frente, que completa el panorama idílico.

Si aún hay tiempo para ver más de esta zona, es recomendable darse una vuelta por el Glaciar Pastoruri, que queda al sur de Huaraz. Los glaciares son poco comunes tan cerca de la linea ecuatorial. El camino para acceder a Pastoruri se toma al sur del pueblo de Catac. Es de tierra pero está en buen estado. Durante la subida al glaciar, que queda arriba de los 5.000 metros de altura, se pueden apreciar algunas plantas Puyas de Raimondi al costado del camino, ofreciendo una oportunidad perfecta para tomarse una fotografía para el recuerdo. Estas plantas son enormes, pueden crecer hasta 12 metros de altura y florecen cada 50 a 75 años. Hay que considerarse afortunado si se encuentra con una Puya Raimondi dando flores. Dicho sea de paso, cada planta produce alrededor de 8.000 flores y pueden vivir más de 100 años.

Además de las Puyas, durante el ascenso hay aguas termales y algunas pinturas nativas en roca. Como de costumbre, vistas sensacionales de montañas con picos nevados son parte del menú del día. Al llegar a la zona de parqueo, hay que caminar un par de kilómetros para que llegar al glaciar. Este camino se hace cada vez más largo conforme el glaciar sigue derritiéndose año tras año.
Cabe mencionar que hay que tomarse las cosas con calma cuando se está arriba de los 5.000 metros de altura; cada paso se vuelve más difícil por la falta de oxígeno. Por eso es importante aclimatarse en Huaraz por un par de días y de paso probar el conocido Mate de Coca, hecho con hojas de planta de Coca, que según los pobladores locales ayuda a prevenir el mal de altura.
Si se quiere concluir la visita a Huaraz con un toque de aventura, se puede volver a la costa tomando un camino no muy conocido pero excepcional por las vistas y condiciones de la ruta. Este camino te lleva al paso conocido como Punta Winchus. El desvío para Punta Winchus esta a pocos minutos de llegar a Caraz por el sur. Es un camino asfaltado pero muy angosto -de un solo carril- que pasa por el pueblo de Pueblo Libre.

La ruta sube por incontables curvas cerradas pero tranquilas pues hay muy poco tránsito que va por ahí. Cuanto más se asciende, más se pueden apreciar los picos de las montañas de la Cordillera Blanca. Atrás queda el Callejón de Huaylas y sus atractivos turísticos. Casi llegando a la cumbre se pasa por uno de los pocos bosques de Puyas de Raimondi.
Punta Winchus, para los que disfrutan de acampar en la naturaleza, ofrece uno de los amaneceres más espectaculares que uno puede apreciar. El sol se asoma por detrás de los nevados de la Cordillera Blanca y va iluminando poco a poco con sus rayos de luz los valles del Callejón de Huaylas, a lo lejos se escuchan los gallos cantar, levantando a los pobladores de los pueblitos incrustados en las montañas aledañas. Al otro lado de la cima el panorama cambia radicalmente, pasando de montañas verdes y nevadas a paisajes áridos de matices marrones, para finalmente llegar a la costa algunos miles de metros más abajo.

Para Motoviajeros, texto y fotos:
Alberto Lara // www.motolara.com

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Quique Arenas

Director de Motoviajeros, durante más de 25 años, en sus viajes por España, Europa y Sudamérica acumula miles de kilómetros e infinidad de vivencias en moto. Primer socio de honor de la Asociación Española de Mototurismo (AEMOTUR), embajador de Ruralka on Road y The Silent Route. Autor del libro 'Amazigh, en moto hasta el desierto' (Ed. Celya, 2016) // Ver libro

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