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India y Nepal en Royal Enfield India y Nepal en Royal Enfield
A la mañana siguiente, cuando el sol asoma en el horizonte ya llevo unos kilómetros en ruta, incluso he atravesado un chaparrón que descargó... India y Nepal en Royal Enfield

Camino a Surat

A la mañana siguiente, cuando el sol asoma en el horizonte ya llevo unos kilómetros en ruta, incluso he atravesado un chaparrón que descargó antes del amanecer. De algunos sitios es mejor marcharse más temprano que tarde. Dejo atrás el estado de Maharastra junto con las maravillosas cuevas y la mala o buena experiencia; no lo sé, pero seguramente después me reiré de todo esto.

El clima es bueno, la Bohemia rueda al ritmo que imponen los caminos. En India viven mil trescientos millones de personas. Es el segundo país más poblado del mundo y eso también se refleja en las carreteras, que se convierten en todo un desafío. Pero mi ánimo es bueno, incluso en los contratiempos. La aguja del indicador de gasolina no funciona y de repente la Bohemia, como con un suspiro, agota su última gota de aquel líquido indispensable para dar vida a su motor. He calculado mal y además he cometido un error del que era consciente: no llevo gasolina extra. La moto se detiene justo detrás de un camión estropeado que yace en medio de la ruta: un reflejo a modo de advertencia para todo aquel que se atreva a transitar la dureza de estos caminos, ante cuya hostilidad ni siquiera los grandes dinosarurios del asfalto pueden evitar sucumbir.

Junto al camión, una moto. Y debajo de él, un hombre tratando de reparar la avería. Consigo que aquel mecánico me deje su moto para ir hasta la gasolinera más cercana. Como contrapartida la Bohemia se quedaba abandonada con todas mis pertenencias a un lado de la ruta. Por suerte todo queda en un contratiempo. Así es mi entrada al estado de Gujarat.

Había fijado acabar el día en la ciudad portuaria de Surat, pero meterse en una gran ciudad es una odisea tanto para entrar y salir, como para moverse; también para buscar alojamiento. Decido quedarme en Bardoli, una ciudad de 70.000 habitantes ubicada 30 km antes de Surat. Pero en esta ciudad ningún hostal quiere recibirme: en uno me echan de mala manera; en otro me dicen que hay habitaciones libres y cuando estoy bajando el equipaje de la moto ya no hay lugar para mí. El recepcionista de otro hostal empieza a gritarme para que me vaya ni bien me ve entrar, no entiendo nada y empieza a molestarme la situación. Vuelvo al primero, pero la negativa es aún más rotunda. La única opción que me queda es buscar sobre la ruta hacia Surat.

A pocos kilómetros encuentro un hotel con habitaciones disponibles, pero al parecer no soy bienvenido. Mi última posibilidad se acaba de desvanecer, aún no tengo donde dormir, ni un porqué. Pregunto por el absurdo problema que me impide conseguir la habitación, pero nadie responde con claridad, sólo dicen que me tengo que ir. Maldigo a todo y vuelvo a la moto. En esta búsqueda he perdido de 2 a 3 horas y empieza a oscurecer, no tengo más opción que ir a Surat.

Después de haber viajado todo el día, encontrarse en ciudades tan intensas como ésta conlleva mucho esfuerzo y paciencia, además de sobrellevar el peligro y el cansancio. A la una de la mañana puedo conseguir un hotel donde dormir. A pesar del incordio del recepcionista y de mis malos modales, consigo la maldita habitación. Me voy a la cama pensando en irme de allí a primera hora de la mañana, no pienso estar en Surat más tiempo.

Entrando al estado de Rajastan

Solo tardo dos días en dejar el estado de Gujarat. Un cartel que atraviesa la ruta de lado a lado me da la bienvenida al estado de Rajasthan; tierra de marajás, de fuertes y de paisajes desérticos.

El clima va cambiando a medida que me dirijo hacia el norte, por las mañanas el frío se hace notar, pero por las tardes la temperatura es aún agradable. En este estado las rutas ya no están tan transitadas y se puede disfrutar de conducir más tranquilo.

Udaipur es mi primer destino en Rajasthan y dedico unos días a visitar sus palacios, en perfecta armonía con su lago sagrado. Fue antiguamente capital del reino de Mewar. Es una ciudad de calles estrechas con mercados callejeros en cuyo ajetreo se entremezclan colores, inciensos, vacas…. El hostal que he conseguido es barato y está bastante bien, es confortable y además puedo guardar la moto dentro. Es prioritario que no quede fuera, pero a veces no lo consigo. También lavan la ropa, y la mía lleva varios días necesitando agua y jabón. Camino por las calles y disfruto de la cuidad, esta parte de India me atrae más.

Fuerte de Kumbalgarth

A 80 kilómetros al norte se encuentra el fuerte de Kumbhalgar. El camino hasta allí es entretenido, atraviesa pequeñas aldeas hasta toparse con sus muros. Dedico el día a visitar la fortaleza medieval (sus muros son los segundos más grandes del mundo, tras la Gran Muralla China). Actualmente hay un asentamiento musulmán establecido cerca de la entrada principal y algunas familias viviendo dispersas dentro de la fortaleza. Por la tarde vuelvo al hostal para empezar a organizar mis cosas, es hora de volver a la ruta.

Al salir de Udaipur yerro el camino. Cuando consigo retomarlo el sol marca el medio día. Un error de casi 300 km que pago conduciendo otra vez de noche, es decir: peligro al que se suma el cansancio y la mala iluminación de la moto. Además, ni siquiera la luna intimida la actividad de los hindúes. En mi próximo viaje agregaré en mi lista de cosas necesarias un GPS, aunque no tenerlo tampoco me molesta, perderse tiene su punto.

Al fin estoy en Jodhpur, la segunda ciudad más importante de Rajasthan. Me alojo en la zona de Ghanta Ghar. El fuerte de Mehrangarh se eleva imponente sobre la ciudad azul, ni siquiera el ensordecedor sonido de sus calles puede atravesar sus muros. Esos días en Jodhpur dedico tiempo a la moto, meto mano al carburador, cambio unas mangueras y juntas estropeadas…Además llevo a la Bohemia a lavar antes de que se convierta en una bola de tierra seca sobre ruedas. El resto del tiempo vago por las calles de la ciudad, me subo a un Rickshaw y paseo por sus mercados…Soy un turista más, sumergido en el frenético ritmo de esta ciudad. Jodhpur no está mal, pero ya tengo ganas de adentrarme más en el desierto.

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Quique Arenas

Director de Motoviajeros, durante más de 25 años, en sus viajes por España, Europa y Sudamérica acumula miles de kilómetros e infinidad de vivencias en moto. Primer socio de honor de la Asociación Española de Mototurismo (AEMOTUR), embajador de Ruralka on Road y The Silent Route. Autor del libro 'Amazigh, en moto hasta el desierto' (Ed. Celya, 2016) // Ver libro

  • Rodrigo

    13 febrero, 2023 #1 Author

    Hola!! Estoy planeando un viaje por el sur de la India y con la intención de comprar una moto…Royal o Honda alguien tiene informacion o tips para llevar a cabo esta primer aventura que es comprar la moto para viajar muchos kilometros? Espero el milagro de recibir una respuesta gente ya que esta info se me hace dificil por donde vivo.
    Saludos!!

    Responder

    • Ivan

      17 marzo, 2024 #2 Author

      Hola, también estoy interesado en la compra de una moto en india. Conseguiste alguna informacion? Cuesta encontrar algo… Gracias de antemano 🙂

      Responder

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