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San Andrés de Teixido San Andrés de Teixido
Cuenta la leyenda que “a San Andrés de Teixido vai de morto o que non foi de  vivo” (a San Andrés de Teixido va... San Andrés de Teixido

Cuenta la leyenda que “a San Andrés de Teixido vai de morto o que non foi de  vivo” (a San Andrés de Teixido va de muerto quien no fue de vivo), así que si aún no habéis estado, deberíais empezar a buscar fecha. No lo digo solo por evitar hacer el trayecto como un alma en pena (así se va de muerto), sino porque aquello es mucho más que un punto de interés turístico o una ruta “chula” para hacer en moto. San Andrés de Teixido es el lugar más mágico de la Costa da Morte.

Si llegáis desde Asturias por la costa, habréis pasado lugares increíbles como la playa de las Catedrales, Viveiro, Estaca de Bares o Loiba, con su famoso banco. El más bonito del mundo según reza el slogan que lo hizo famoso. Todos ellos os sobrecogerán porque son un ejemplo de la fuerza que reside en esta esquina del mapa llamada Galicia, donde el ímpetu del mar y el viento son capaces de esculpir la piedra y contrasta con la dulzura que tienen los gallegos al hablar, parece que cantan… Pero no os dejéis engañar, los gallegos también son bravos y orgullosos.

También podéis subir por la Costa da Morte, pero os recomiendo que ese tramo lo dejéis para después de San Andrés, bajando por Cedeira, Valdoviño, A Coruña, Malpica, Laxe y Camariñas, poniendo el broche de oro en Finisterre.

Todo lo que habéis encontrado por el camino no prepara para la llegada a San Andrés. Yo tampoco creo que pueda hacerlo con estas líneas, pero en todo caso dejaré un consejo; llegad con la mente y los sentidos abiertos de par en par, dispuestos a dejaros calar hasta los huesos por la energía de este lugar.

San Andrés de Teixido está enclavado en la Sierra de A Capelada, en una pendiente que parece una cicatriz entre el monte y unos acantilados esculpidos por la fuerza del viento de “nordés”. Las pequeñas casitas blancas parecen escurrirse cuesta abajo hasta llegar a la iglesia que rinde culto al Santo que cede su nombre al pueblo; según reza la leyenda, Andrés se levantó triste porque su santuario estaba en un lugar tan desapacible, que los peregrinos preferían irse a Santiago para rendir culto. Dios, viendo su tristeza, le prometió que nadie entraría en el reino de los cielos sin haber visitado antes San Andrés de Teixido. De ahí que quien no vaya de vivo tendrá que ir de muerto si quiere llegar al ansiado paraíso celestial.

San Andrés de Teixido

No me digáis que no es una leyenda bonita, y sin embargo no es la única del lugar. Aquí se une lo divino con lo pagano, ya que otra superstición dice que hay que bajar hasta la fuente de los tres caños, beber (o mejor mojarse los labios porque el agua no es potable) en cada uno de ellos sin apoyar las manos pensando tres deseos.

Luego, tienes que arrojar una miga de pan al agua de la fuente y si flota tus deseos se cumplirán, pero si se hunde… bueno ya os hacéis una idea ¿no?

No termina aquí el “ritual”, porque una vez que se completa el paso por la fuente, toca recoger “a herba namoradeira” (Hierba de enamorar) y llevarla al santuario. Esta pequeña iglesia es una muestra del gótico-barroco de los siglos XVI y XVII; en ella encontraréis paredes blancas y una decoración austera salvo por la talla de madera de Cristo crucificado y un altar con la imagen de San Andrés. Como es costumbre en Galicia, junto a las velas veréis figuras de cera con formas de personas o partes del cuerpo: son los exvotos, ofrendas que los fieles utilizan para pedir la mejoría de aquello que representan. Cuando salgáis, solo tendréis que deslizar un pétalo de las “herbas namoradeiras” en el bolso o el bolsillo de la persona amada sin que se entere y el amor fluirá con la fuerza del Atlántico.

Finisterre

Estas son sólo algunas de las muchas leyendas/supersticiones/tradiciones que habitan en este lugar, pero seguro que si entabláis una charla sin prisas con alguno de sus 60 residentes censados, descubriréis muchas más.

No os podéis ir de San Andrés sin comprar rosquillas de anís y/o una de sus coloridas figuritas de miga de pan o “san-andresiños”, hay 8 diferentes y cada una sirve como amuleto para un propósito; salud, suerte en los estudios, trabajo… este es el bonus track, otra superstición/leyenda para la lista; la magia, lo divino, lo pagano y la leyenda coexisten dotando a este lugar de una energía incomparable y muy difícil de definir.

Cuando lleguéis de nuevo a lo alto de la cuesta por la que bajasteis para entrar en el pueblo, algo habrá cambiado en cada uno de nosotros para siempre.

Ahora ya estáis listos para continuar bajando por la Costa da Morte hasta el Fin del Mundo (Finisterre), allí os arropará un atardecer que os llenará de calma y gratitud a partes iguales.

 

Texto y fotos: Mónica Bernardos

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Quique Arenas

Director de Motoviajeros, durante más de 25 años, en sus viajes por España, Europa y Sudamérica acumula miles de kilómetros e infinidad de vivencias en moto. Primer socio de honor de la Asociación Española de Mototurismo (AEMOTUR), embajador de Ruralka on Road y The Silent Route. Autor del libro 'Amazigh, en moto hasta el desierto' (Ed. Celya, 2016) // Ver libro

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