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Érase una vez… La ciudad de las Hormigas Érase una vez… La ciudad de las Hormigas
Cuando cogimos las motos aquel día, yo no tenía muy claro a dónde íbamos, pero como siempre que Fátima me propone una ruta, el... Érase una vez… La ciudad de las Hormigas

Cuando cogimos las motos aquel día, yo no tenía muy claro a dónde íbamos, pero como siempre que Fátima me propone una ruta, el destino es lo de menos. Lo divertido es el trayecto, perdernos (nos pasa con frecuencia), las risas intentando decidir por donde reconducimos el rumbo y la satisfacción al llegar. Luego, además los destinos merecen mucho la pena.

Ese sábado no iba mentalmente preparada para lo que nos íbamos a encontrar. Resulta que en el Ayuntamiento de Outeiro de Rei (Lugo) hay una pequeña localidad de poco más de 600 habitantes que se llama San Clodio. Podría ser una aldea más, pero San Clodio tiene una peculiaridad que la distingue del resto y es que posee una senda de cuento, de hecho, el inicio de la senda comienza con un enorme cartel tallado en madera que reza “ÉRASE UNA VEZ”. En ella se esconden diferentes construcciones camufladas en el entorno; una cueva, un saloncito acristala- do, una nave espacial…

Resulta  muy  fácil  de recorrer paseando con los más pequeños, que disfrutan como nunca viendo a las protagonistas que habitan este particular “cuento”, aparecer en cada recodo, detrás de los árboles o volando en avioneta. Ellas son las hormigas que el ingeniero José Ramón Rodríguez Iglesias ha creado con plástico de ensilar y diferentes materiales reciclados. Las hay en todas las situaciones que se pueden imaginar: Un autobús de colegio, un coche de la guardia civil con un control de alcoholemia, una bruja volando en su escoba y hasta una hormiga Pfizer con su jeringuilla gigante. A lo largo de este paseo de poco más de una hora, también hay multitud de criaturas creadas para demostrar que el reciclaje puede dar mucho de si, cuando lo acompañas de un toque de creatividad: cebras, pulpos, mariquitas, pájaros carpinteros…

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Hasta aquí La Ciudad de las Hormigas ya resulta en sí misma atractiva, como para acercarse una tarde a conocerla, pero cuando escarbas un poco en el porqué de este lugar, resulta que sólo es una parte y te enteras de que su creador es un ingeniero/emprendedor, que inspirándose en las iniciativas de los huertos urbanos de otras ciudades, se ha propuesto dar vida a San Clodio y su entorno, potenciando precisamente aquello que lo identifica, la vida en el campo. VIDA DE ALDEA es el nombre de un proyecto en el que José Ramón alquila parcelas de sus campos a quien quiera plantar su propio huerto y no disponga de terreno para hacerlo. Cuenta ya con muchos clientes, principalmente urbanitas de Lugo que vienen desde la ciudad a desconectar y a los que les gusta comer sano. Pero Vida de Aldea es mucho más, cuenta entre sus terrenos con una PARCELA SOLIDARIA, cuya producción se destina íntegramente a un comedor social. Tiene además plantaciones de castaños para recolección de fruto y madera, un programa con aula de formación para ilustrar a los neófitos en las artes del cultivo, rutas de senderismo y un proyecto para la cría de gallinas ponedoras. Con todos estos proyectos a su alrededor, seguro que la Ciudad de las Hormigas se acabará convirtiendo en toda una metrópoli.

 

Texto y fotos: Mónica Bernardos

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Quique Arenas

Director de Motoviajeros, durante más de 25 años, en sus viajes por España, Europa y Sudamérica acumula miles de kilómetros e infinidad de vivencias en moto. Primer socio de honor de la Asociación Española de Mototurismo (AEMOTUR), embajador de Ruralka on Road y The Silent Route. Autor del libro 'Amazigh, en moto hasta el desierto' (Ed. Celya, 2016) // Ver libro

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