Expedición Ruta de la Seda

Miquel Silvestre continúa el viaje que inició en los primeros compases de la 6ª Temporada de Diario de un Nómada, arrancando en la desaparecida Stalingrado -renombrada como Volgogrado- para dirigirse rumbo a la ciudad de Astrakhan y cruzar la frontera con Kazajistán; no sin antes detenerse en Kalmukia, el único territorio de Europa donde el budismo es la religión mayoritaria. Allí combate los mosquitos, degusta el caviar y recorre una tierra baldía; donde el hombre cede poder ante una naturaleza característica.

Llegado al continente asiático, el aventurero recorre un paisaje onírico y surrealista, capitaneado por caminos destruidos, cementerios, bandadas de cuervos y camiones solitarios; atravesando las ciudades de Atyrau, Beyneu y recorriendo el lánguido desierto de Kyzyl Kum sobre interminables rectas pobladas de profundos baches, hasta su llegada a la frontera con Uzbekistán. Allí el viajero compra gasolina a través del mercado negro y monta en Ural sobre los páramos del casi extinguido Mar de Aral, un ecosistema dañado irreversiblemente.

En Uzbekistán, Miquel visita algunas de las más grandes joyas de la Ruta de la Seda, como Khiva y su espectacular muralla -considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco-, Bujará y su color azul salido de un cuento de las Mil y Una Noches, y Samarkanda; donde a sus puertas el inesperado accidente de un compañero motorista obliga a apagar motores y centrarse en su rápida y exitosa repatriación.

Pero la aventura no puede detenerse y, tras el exitoso viaje del compañero, Miquel se enfunda el casco para afrontar la trepidante última parte de la ruta: Kirguistán, país menos tórrido que los anteriores y donde el sol abrasador del Valle de Fergana se contrapunta con el frío y las precipitaciones de las musculosas montañas del país, lugar de fantasiosa belleza y que recorre acompañado de un español asentado en la zona desde hace años.

El viaje termina en Bishkek, capital de Kirguistán, aparcando “La Gorda” y disfrutando de las ventajas que ofrece la civilización, al tiempo que Miquel viaja a Madrid recordando los tantos momentos de descubrimiento, emoción y aventura que nos ha brindado esta etapa.

Diario de un Nómada: Expedición Ruta de la Seda supone un viaje al corazón de Asia Central y a aquellos parajes olvidados por la acción del ser humano, donde la civilización parece haber sido dejada de lado y la naturaleza se ha impuesto en vastas llanuras, carreteras parcheadas y paisajes de ensueño habitados por personas humildes, honradas y de gran corazón.