Costa Blanca Challenge, debut triunfal

It’s alright, it’s alright, it’s alright, yeah! Las energéticas canciones de Bruce Springsteen sonaban en Alcoy durante el largo atardecer del 29-S. Al compás del boss, los motoristas llegaban al parque cerrado del Costa Blanca Challenge 2018 (ver web), después de rodar por algunas de las carreteras más espectaculares de Alicante. Se cerraba así la primera edición de una prueba a la que se sumaron cerca de 200 inscritos. Al término, las felicitaciones a la organización revelaban que el evento ha sido un éxito y ha llegado para quedarse.

El desarrollo de pruebas de resistencia, rallyes no competitivos y eventos de motociclismo por toda la Península es a la moto lo que los festivales indie a la música: la tendencia del momento (baste citar que solo durante el último fin de semana de septiembre, además del Challenge de Alcoy, se han desarrollado diferentes “retos” en Cantabria, Portugal y ruta aniversario de Aemotur). Cabe preguntarse, en el caso que nos ocupa, si citas de esta naturaleza no son acaso una buena fórmula para conocer, aunque sea de un modo “express”, el valor del mototurismo, al menos como exordio. Gracias a pruebas como el Costa Blanca Challenge, muchos han descubierto magníficos rincones de la Comunidad Valenciana, y han podido serpentear por puertos, municipios y rutas supervisadas por un fantástico equipo que se ha esmerado por lograr que esta jornada de motociclismo, camaradería y disfrute en el pilotaje haya pasado con nota su estreno en sociedad.

Como si de un festival se tratase, durante meses se ha trabajado para crear un gran concierto con música de motores. Innumerables ensayos, colaboraciones, prospecciones y movimientos hasta que la sinfonía de curvas ha estado a punto, nota a nota. Al frente, como en toda banda de rock que se precie, un frontman que se ha dejado la piel: Luis Miguel Verdú, quien no podía ocultar su satisfacción tras recibir innumerables felicitaciones durante todo el fin de semana. El sábado por la mañana, micrófono en mano, recibía a los participantes a ritmo de Dire Straits; al anochecer, exhausto pero con la satisfacción del deber cumplido, prometía una segunda edición cargada de sorpresas y novedades.

Por el asfalto del interior de Alicante han pasado motos deportivas, touring, trail, clásicas, custom, naked… motoristas procedentes de toda España que se han sumado a la propuesta del Costa Blanca en alguna de sus dos modalidades (200 y 400 kilómetros). Los grupos, entre los que también había presencia de riders femeninas, han ido paulatinamente abriendo el telón de una provincia repleta de atractivos para la moto: desde el vertiginoso puerto de la Carrasqueta hasta el inconfundible castillo de Guadalest; desde el serpentín alquitranado de la CV-782 hasta las Fuentes del Algar; desde Banyeres de Mariola hasta la hechizante subida al alto de la Vall d’Ebo. De la montaña a la mar. De los infinitos pinares hasta el denso azul mediterráneo. Todo ello ha tenido cabida.

Este año ha sido el de las presentaciones. El año próximo será el del reencuentro. Esta es otra de las claves del éxito de los “Challenge”: son un motivo perfecto para volver a encontrarse con los amigos. Lo resumía a la perfección uno de los asistentes: “ruta divertida, genial, organización de escándalo y con ganas de repetir”. El Costa Blanca Challenge ha sido un festival de sonrisas y buen rollo motero y ha hecho su debut triunfal en el escenario del mototurismo nacional. Que no pare la música. ¡Nos vemos en 2019!

Texto y fotos.: Quique Arenas.-

*Agradecimientos: Hotel con Encanto Masía la Mota, una recomendación de Ruralka on Road.