El español Manu Torres y la macedonia Ivana Colakovska comenzaron su vuelta al mundo en 2013. Desde entonces, han recorrido 135.000 kilómetros y atravesado casi medio centenar de países. Su álbum de fotos es espectacular: retratos, naturaleza, escenas cotidianas, fragmentos de aventura… Todo es un deleite visual y una invitación a fundirse en un abrazo íntimo con el planeta, sus moradores y sus escenarios de fábula. Conocemos más a fondo a esta pareja motoviajera, que está sumida en su particular vuelta alrededor de la Madre Tierra. Por Quique Arenas // Fotos: M.T. / I.C.
Pregunta: ¿Cuando empezó vuestro viaje sobre la vuelta al mundo y por qué decidisteis viajar en moto?
Respuesta: El sentimiento de libertad realmente influyó en el momento de elegir la moto como vehículo para nuestra vuelta al mundo, pero también por la falta de techo o ventanas que hacen que nuestros cuerpos experimenten el frío en las montañas nevadas, la humedad con las lluvias tropicales y la fatiga del calor y la humedad de las selvas. Incluso cuando ello puede ser bastante incómodo, y a veces muy doloroso, es una buena forma para entender los países que visitamos y que queden guardados en nuestra memoria por mucho tiempo.
Este último proyecto de dar la vuelta al mundo en moto lo empezamos en abril de 2013 y desde entonces no hemos parado, atravesando más de 130.000 km en 44 países hasta el día de hoy.
P:¿Cuál fue la motivación que os llevó a empezar este proyecto?
R: Cuando empezamos este viaje la motivación era conocer el mundo y la gente que en él vive, aprender con ellos, adquirir diferentes prioridades en la vida que las que nos inculcaron las sociedades occidentales en las que crecimos. Buscábamos respuestas para ese instinto humano que nos empuja a explorar y para esas preguntas existenciales que todos tenemos. Pero también queríamos demostrarnos a nosotros mismos que podríamos superar los obstáculos y alcanzar los objetivos que nos propusimos y que en su momento parecían imposibles, descubrir hasta donde llegan límites y aumentar nuestra confianza en nosotros mismos.
Además, no queríamos creer que el mundo es ese horrible lugar que muestran en la televisión o como la gente suele hablar de él, así que salimos a conocerlo con nuestros propios ojos.
Pensamos que la mejor forma de alcanzar esos objetivos era empezar un viaje en solitario en moto, la primera que tuvimos en nuestra vida. Sin destinar presupuesto para alojamiento, porque prohibiéndonos este gasto no solo ahorraríamos bastante, sino que nos obligaríamos a tener que improvisar la forma de pasar cada noche y porque así compartiríamos más tiempo con la gente. [Hasta el día de hoy y después de más de tres años y medio de viaje, no hemos pagado ni una sola noche de hotel].
También decidimos viajar sin GPS ni mapas para aprender a “leer” y seguir otro tipo de señales que la ruta nos pone a nuestro alrededor a cada momento. Y por supuesto buscando a veces esos lugares remotos y solitarios donde podamos poner nuestra tienda de campaña bajo las estrellas y rodeados de la música salvaje de la naturaleza.
Esta forma de viajar nos ha llevado a pasar miedo en varias ocasiones y a tener que enfrentar alguna que otra situación dura, pero aún así cada una de ellas fue y será bienvenida como una buena lección y oportunidad de seguir creciendo.
P: ¿Cuánto tiempo más planeáis estar dando la vuelta al mundo?
R: No lo sabemos. Nos gusta viajar sin planes y sin expectativas. Solo sabemos que a este proyecto al que llamamos Around Gaia solo le falta atravesar el continente africano, desde su punto más al sur hasta probablemente Egipto, para desde allí encontrar una forma de volver a Europa. Si tomamos como referencia otros continentes que cruzamos anteriormente estimamos que nos llevará un año más para completar esta vuelta al mundo. Pero es difícil de planificar, el estado de las rutas, accidentes, averías, burocracia, corrupción… hay muchos motivos que pueden aparecer de repente retrasando nuestra llegada.
Cuando empezamos este viaje la planificación se redujo a poner un mapa del mundo frente a nosotros y seleccionar tres puntos en él (Uluru en Australia, Ushuaia en Argentina y Deadhorse en Alaska), que decidimos conectar con nuestra moto en una viaje de una única etapa, tomase el tiempo que fuera necesario. Pero una vez alcanzamos el último checkpoint el mes de mayo pasado y pudimos ver la línea que habíamos dibujado en el mapa, decidimos que nuestra vuelta al mundo no quedaría completa sin incluir África. Así que cambiamos de planes y alargamos el viaje un poco más.
P: ¿Cuáles han sido los mayores desafíos hasta el momento?
R: Los mayores desafíos empezaron enfrentando algunas de las rutas más extremas de este planeta sin experiencia previa conduciendo moto; siempre recordaremos cuando atravesamos las elevadas montañas de Pamir en Tajikistan desde finales de noviembre a principios de diciembre, con temperaturas que llegaron a -20ºC y rutas heladas y atravesando tormentas de nieve a casi 5.000 m de altura. En ese mismo lugar nos dimos cuenta que también tocaría afrontar en este viaje condiciones climáticas extremas. Otros de los desafíos que siempre están ahí depende de las latitudes en las que nos encontremos es la vida salvaje, la delincuencia o las enfermedades tropicales, en ciertos momentos recientemente el extrañar poder pasar unos días en nuestra tierra, o el aspecto financiero, que a pesar de lo que imaginábamos, fue un problema mayor al principio que al final del viaje.
Pero cualquier reto de los que tenemos que superar para conseguir éxito en nuestra meta se queda corto si lo comparamos con el hecho de tener que pasar en pareja 24 horas al día por tanto tiempo.
P: ¿Cómo es la vida en un viaje como este?
R: Vivir viajando para nosotros es normalidad. Hace más de 10 años que decidimos transformar nuestra vida en un viaje (los últimos tres y medio en moto). Y viajar y la fotografía es lo que queremos seguir haciendo por mucho tiempo hasta que nos apetezca hacer algo diferente. Así que para nosotros es normal vivir con muy pocas cosas, constantemente moviéndonos, ver nuestra moto como nuestra casa y nuestra cámara y ordenador como nuestra oficina. Conocer gente nueva cada día y buscar soluciones nuevas a nuevas situaciones. De tal manera que cuando pasamos varios días en el mismo lugar empezamos a sentirnos estresados. Nuestra zona de confort parece estar ahí fuera.
P: ¿Y cómo es entonces vuestra rutina?
R: Empezar el día despertándonos en la casa de gente que no conocemos, o en una estación de policía, un templo religioso o en el remoto lugar en el que acampamos la noche anterior. Entonces después de un café empezamos a viajar avanzado hacia el norte, sur, este u oeste (depende en la dirección en la que crucemos el continente de ese momento) pero sin saber exactamente dónde acabará exactamente el día. Parar a cada momento a hacer fotos de cualquier situación que nos llame la atención, y buscar un lugar para pasar la noche cuando se acerca el anochecer. Esta fue nuestra rutina básica, pero ahora nuestro proyecto creció y adquirimos nuevas responsabilidades como escribir reportajes para revistas, editar fotos u organizar charlas, nuevas tareas que nos permiten conseguir los ingresos que cubran nuestros gastos, pero también para hacer más interesante nuestros días documentando y compartiendo el viaje.
P: ¿Cuál fue el momento más preocupante desde que viajáis?
R: El accidente donde Ivana se rompió su tibia y peroné, que necesitó una operación urgente en un lugar remoto de la Patagonia Chilena; cuando cruzamos las montañas de Pamir o cuando atravesamos el estado de Sinaloa en México, en tiempos donde sus índices de criminalidad eran los más elevados de su historia.
P: Mencionad rápidamente algunos de los sacrificios que se te vienen a la mente y que tuvisteis que realizar para hacer posible este viaje.
R: No poder ver a tu familia y amigos de la infancia, vivir sin comodidades, no existir la idea de seguridad en el futuro, quizás transformarte en un rebelde insociable y añadir muchos riesgos en cada día de tu vida… Pero siempre merece la pena seguir peleando por tus sueños.
Viajeros:
Manu Torres (1982 •Sevilla • España)
Ivana Colakovska (1985 • Skopje • Macedonia)
Moto: Yamaha Tenere XT660Z (2012)
Web: www.aroundgaia.com
Redes Sociales: www.facebook.com/aroundgaia
Juan Hernandez
18 mayo, 2017 #1 AuthorAdmiro & envidio a Ivana & Manu,si pasais por Vienna tendriais cuartel de tuno y ciceron , al igual que mi amiguete Paquillo de Lucia ,que en paz descanse !!!!!