Transpirenaica off road

Para mí era el segundo intento de hacer esta ruta mítica para los aficionados de las motos trail en España. La primera vez me tocó abandonar a mitad de camino por el fallo del embrague de mi BMW 1200 GS y desde aquello tenía la espinita clavada.

El planteamiento era bien sencillo y convencer a Isma para hacer la ruta, en su caso por tercera vez, no me costó nada. Buscamos rutas y alternativas entre lo que teníamos hecho de otras veces, lo que nos pasaban amigos y lo que se encuentra por internet. Decidir una ruta u otra no es mucho problema porque sabes que pases por donde pases te va a gustar. Al final el plan era repetir algunos tramos irrenunciables y explorar otros nuevos aunque sin llevar nada demasiado fijo en todo nuestro planteamiento y dejarnos llevar por las circunstancias cada vez.

La única decisión a tomar en estos casos es si llevar material de acampada y hacer noche por los montes o en refugios o si decidimos prescindir de todo ese equipamiento. Al final optamos por no llevarlo porque a los dos nos apetecía hacer una viaje lo mas offroad posible y por tanto cuanto menos peso y menos volumen de equipaje, mucho mejor. La predicción del tiempo que amenazaba fuertes lluvias nos ayudó mucho a tomar la decisión correcta.

Es una ruta que no se puede hacer en invierno por la nieve pero tampoco se debe hacer en pleno verano porque suele haber demasiada gente andando por el monte. Junio y septiembre son los mejores meses.

La ruta empieza en Irún, en la frontera con Francia y bañada por el Cantábrico. Empezamos por pistas buenas y con la ilusión con la que se afrontan este tipo de rutas. El día pintaba francamente mal por la lluvia pero más o menos nos respetó y solo la niebla nos privó de ver algunos paisajes del Pirineo Navarro. En esta primera etapa las pistas discurren entre frondosos bosques.

Para ese primer día teníamos pensada una ruta relajada, de unos 300 km más los 200 km para llegar a Irún, y con final en Formigal donde habíamos quedado con unos amigos moteros que amablemente nos alojaban en su casa. Tan solo destacar una fuerte granizada a la altura de Ochagavía, pero por lo demás un buen día con ritmo constante, ya que no estaba ni para parar a hacer demasiadas fotos.

El segundo día nos costó arrancar y es que amanecer en la mejor casa de Formigal, con unas vistas impresionantes de todo el valle bajo tus pies, es algo en lo que merece la pena invertir un ratito. No teníamos un objetivo marcado ya que ese día no habíamos quedado con nadie.

La primera curiosidad del día la encontramos nada más pasar Sabiñánigo, en el pueblo de Yebra, donde para pasar por una pista espectacular te hacen pagar 2 euros de peaje. Se paga en cualquiera de los bares del pueblo y merece la pena porque las vistas durante toda la subida son impresionantes.

Lo más complicado de la jornada fue la bajada por la cara norte, que estaba completamente embarrada por las lluvias de los días anteriores. Por suerte era todo bajada y pudimos resolverlo poco a poco sin tener que empujar las motos. En el sentido inverso nos hubiera constado muchísimo más.

Ese tramo pasa por algunos pueblos abandonados y en un punto la pista se junta con el río, lo que viene muy bien para limpiar el barro, pero ojo que en primavera con el deshielo puede estar muy crecido y sobre todo en sentido inverso puede costar remontarlo.

Seguimos por una de las pistas imprescindibles de toda Transpirenaica, la que va de Plan a Chía, que se encuentra en perfecto estado y tiene unas vistas maravillosas de ambos valles. Isma me cuenta que una vez acampó por esa zona al caer la noche. Desde allí seguimos por pistas mucho más entretenidas en la conducción por estar muy rotas y con grandes pedruscos o por estar embarradas, pero en las que disfrutamos mucho porque entre otras cosas se quedó una tarde perfecta.

El último tramo del día lo hicimos por carretera para llegar a Viella pasando por su famoso túnel y donde nos alojamos muy baratito, ya que hay una enorme oferta hotelera y fuera de la temporada alta la competencia es feroz con los precios. Con un día tan entretenido no hay nada mejor que después de la oportuna ducha, dar un paseo por un bonito pueblo para cenar comentando las batallitas y tomar algo tranquilamente. Objetivo del segundo día conseguido con tan solo 260 kilómetros pero bien intensos.

El tercer día empezaba con todo un descubrimiento ya que para llegar a Baqueira dimos un buen rodeo por una pista espectacular que empezaba en Arrós. En esa pista me quedé sin embrague por una pequeña fuga en la bomba hidráulica de la maneta. Por suerte pudimos purgar y rellenar con un poco de aceite específico que llevábamos. Lo suficiente para conseguir tirar todo el día sin problemas y llegar al concesionario KTM Multimoto Andorra, donde nuestro amigo Santi me reparó el retén dañado.

Por el camino hicimos otra de las pistas imprescindibles de toda Transpirenaica. La del Monasterio de Montgarri con una parada casi obligatoria a tomar algo en ese enclave en medio del Pirineo. Allí nos encontramos de frente con un amigo trailero, y es que en esta pista hay que tener cierta precaución porque tiene cierto tráfico.

Desde allí nos fuimos a la zona de Espot con la suerte de que el día acompañaba y las vistas desde arriba nos dejaron boquiabiertos. En la bajada adelantamos a dos escoceses en moto que tenían la misma sensación que nosotros.

Para entrar en Andorra hay dos opciones, o la famosa pista de los contrabandistas por Tor o la pista de Farrera. Decidimos hacer esta última y cuando llegamos al pueblecito de cuatro casas allí perdido en las montañas, Isma no podía creerme cuando le conté que yo había tenido una novia que era de allí.

El día siguiente estaba marcado como día de descanso. Nos dedicamos a hacer rutas por la zona muy bonitas llegando a sitios que jamás nos hubiéramos imaginado sin ir acompañados por Santi. Nuestro guía es un apasionado de las motos y dejó un poco de lado esa mañana su taller de Andorra para enseñarnos algunos de los secretos de la zona. Sin duda una de las mejores experiencias del viaje, además con las motos sin equipaje siempre se disfruta mucho más.

La salida de Andorra por el Este es otra maravilla, si el día es bueno puedes optar por subir a la zona del Pic Negre, llegando casi a los 3.000m de altura y disfrutar de un paisaje cuasi lunar. Nosotros bajamos al final por otra pista bien chula a Martinet y en teoría ahí debíamos dar por concluida la aventura off road.

Nuestro problema es que somos muy adictos a esto, así que después de visitar a algunos amigos por Cataluña y llegar al Cabo de Creus por carretera pasando por Cadaqués, decidimos volver a Andorra y hacer algunas pistas que nos habíamos dejado atrás en la ida. Así que entre otras hicimos la de los contrabandistas.

A partir de ahí solo nos quedaba hacer la vuelta por carretera pero también con premio porque la ruta elegida pasaba por todos los puertos míticos del Tour de Francia y eso es garantía de satisfacción.

En definitiva puedo afirmar con total rotundidad que la Transpirenaica es una de las mejores rutas para moto trail a nivel mundial. Se puede hacer entera en unos 4 o 5 días. Yo siempre la he hecho de Oeste a Este pero se puede hacer en los dos sentidos. Para la vuelta se pueden hacer otras pistas diferentes o hacer la ruta de los puertos del Tour de Francia, cualquiera de las dos es una buena opción.

Los paisajes son una maravilla como puede verse en las fotos, las pistas son legales y están en buen estado, aptas para cualquier trail con ruedas mixtas. A pesar de estar en alta montaña, se puede considerar una ruta muy segura puesto que siempre se está relativamente cerca de poblaciones y además no creo que sea necesario reservar alojamientos puesto que existen muchas opciones, sobre todo si no es en pleno verano.

Una cosa más, lo siento mucho pero no paso los tracks a desconocidos. Son el fruto del trabajo de recopilación de un amigo y no me parece moralmente aceptable andar difundiéndolos por ahí. En cualquier caso hay infinidad de tracks por internet y todos son igual de buenos. Con las indicaciones que doy en este artículo me parece suficiente para no perderse las mejores pistas de las que yo conozco.

Para Motoviajeros, Martín Solana.
www.martinsolana.com