Manos calientes
DestacadoEquipamientoNoticias 7 febrero, 2017 Quique Arenas 1
En la parte más cruda del invierno, los que siguen militando sobre dos ruedas saben que hay que mantener el cuerpo lo más caldeado posible, para mantener la hipotermia a raya, y sobre todo para no cogerle antipatía a nuestro insustituible medio de transporte.
Si bien hacemos grandes inversiones en trajes de moto y ropa interior térmica, de poco va a servir si no proporcionamos la misma atención a cabeza, manos y pies: si quedan expuestos a las bajas temperaturas, nuestro calor corporal se irá por allí.
En este artículo me centraré exclusivamente en las manos, eligiendo un día frío para pasear.
Guantes calefactables
El primer “gadget” que pongo en marcha son unos guantes calefactados por baterías autónomas, concretamente los Garibaldi TCS Heating Glove.
La primera toma de contacto, antes de salir de casa, tuvo lo que parecía ser una de cal y una de arena: el guante se ve muy bien rematado, y las baterías, ubicadas en un compartimento de la caña, no molestan aunque lógicamente “pesan” más cuando los sostienes. El enfundado de la mano es natural, nada indica que por ahí en medio hay unas resistencias incandescentes, pero cuando lo pongo en marcha, el calor que irradia es tenue… Me había hecho a la idea de que los dedos se me convertirían en salchichas a la brasa, ya que las instrucciones prometen “hasta 60 grados a máxima potencia”.
Una vez encima de la moto, vuelvo a ponerlos en marcha, y aunque de nuevo la sensación de calor es relativa, descubro con agradable sorpresa que cumplen con su función: el sistema de resistencias incandescentes no “protagonizan” estos guantes, sino que trabajan en equipo junto al aislante térmico Primaloft, la membrana Hypora, y otros nombres propios en elementos de protección, que ya de por sí nos indican que estamos ante un producto de gama alta.
El calor que producen estos guantes es tan confortable, pero a la vez tan discreto, que no te das cuenta del trabajo que hacen hasta que te los quitas para hacer unas fotos al paisaje… y al rato vuelves a meter las manos heladas, recibiendo de inmediato un bálsamo de bienestar. Puestos a criticar, diría que el dedo pulgar queda un poco más frío que sus cuatro compañeros.
Las baterías duran dos horas si las llevas a toda potencia, y hay opción de adquirir como accesorio un cargador que, enchufado a la toma de mechero, hace que te olvides de las baterías hasta el final de la jornada… a cambio de perder tu autonomía de movimientos y quedar “atado” a la moto, claro.
No me parece un mal invento, sobre todo pensando en nuestr@ pasajer@, aunque el precio a pagar es, tal vez, algo desmesurado… Los Garibaldi TCS Heating Glove están a la venta en ubricarmotos.com por 217,75 euros.
Manoplas
En este caso, más que el producto en sí, hay que luchar contra su concepto: las manoplas son aparatosas, engorrosas, y estéticamente le quedan a nuestra moto como a un santo dos pistolas. Pero han sido diseñadas para anular completamente la acción del viento contra nuestras manos, lo que ya es media victoria. Yo me he inclinado por las OJ Pro Hand Plus, que me prometen universalidad y adaptabilidad incluso con mis paramanos de serie… Y efectivamente, así fue: la instalación me llevó unos 30 segundos por manopla, y eso siendo la primera vez que las ponía. Tienen una estructura rígida frontal para evitar el flaneo en movimiento, y también unas varillas de anchura adaptable en el hueco de las manos. Lo que ya no veo tan práctico son las correas para mantenerlas unidas entre ellas: cuando volví a casa, lo primero que hice fue “extirparlas” de un tijeretazo.
La instalación finaliza apretando la manopla al manillar mediante un sistema de gomas graduables: no es la panacea de la estanqueidad, pero es que tampoco hay mucho margen de mejora, teniendo en cuenta la simpleza del sistema. Para darle más extremismo a la prueba, utilicé los guantes de verano.
La parte interna de las manoplas es de un agradable tejido polar, combinado con la costura exterior, impermeable.
De nuevo en movimiento, las manoplas permanecen firmemente en su sitio; los mandos de las piñas son fáciles de accionar, aunque lógicamente debes hacerlo “a ciegas”, y la sensación de tener las manos prisioneras va desapareciendo conforme pasan los kilómetros. La desviación del aire es efectiva, pero no definitiva, ya que por la boca de las manos sigue habiendo una cierta corriente de rebufo. Al cabo de los kilómetros, las manos empiezan a resentirse por culpa del tejido veraniego de los guantes, pero en todo caso he llegado mucho más lejos que si no hubiera llevado las manoplas. Con guantes de invierno, mano de santo seguro.
Sin duda, las manoplas son uno de los sistemas más económicos a la hora de combatir el frío, y además, no tienen dependencia eléctrica, ya sea con la moto, o cualquier otro generador externo. Las OJ Pro Hand Plus están a la venta en ubricarmotos.com por 37,85 € euros.
Puños calefactables
Tal vez el gadget invernal más instalado, sobretodo por los tragamillas. Yo me he inclinado por los Oxford Premium Adventure, que se regulan desde un mando auxiliar que se ancla al manillar.
¿Problema principal? A diferencia de los guantes o las manoplas, los puños requieren una instalación previa, por ti mismo si eres un “crack” de la electrónica aplicada a la automoción, o bien pagando una hora de mano de obra a tu mecánico de confianza.
Una vez instalado, es tan sólo pulsar el interruptor, y los puños empiezan a calentarse. En el caso de los Oxford, con menos calorías que otros modelos utilizados por el que os escribe… Tanto es así, que en temperaturas realmente bajas (por debajo de los tres grados) el confort empieza a estar seriamente comprometido, y eso con guantes de pleno invierno.
Por lo demás, los puños tienen el “pero” de un consumo eléctrico alto: atención al desgaste de las baterías, sobre todo si la moto tiene un alternador “justito” como es el caso de mi Superteneré.
Los Oxford Premium Adventure están a la venta en ubricarmotos.com al interesante precio de 65,20 euros.
Veredicto
Ningún sistema es la panacea por sí mismo, y al final la solución que elijas dependerá del boca-oreja de tus amigos, de los foros, de tu economía, o de hasta qué punto quieres complicarte la vida porque igual con unos buenos guantes de invierno ya tiras… Por lo que a mí respecta, y teniendo en cuenta que soy de aquellos “gélidos” en sus extremidades, siempre me ha funcionado combinar manoplas con puños calefactables. Eso, y una buena sopa caliente al llegar al destino, claro.
Invictus
26 diciembre, 2017 #1 AuthorManos y cuello probablemente son las partes más críticas para el frio (dando por supuesto que se lleva casco integral), en el tema de cuello y pecho hay ahora soluciones de varias marcas que son muy cómodas y económicas