La eclosión total del mototurismo

Era una tarde de verano, hace exactamente seis años. El sol pintaba con su pegajosa luz estival las casas de Toledo. Y allí, en una pequeña mesa del Kiosko Base, uno de los más emblemáticos bares del Valle, se hablaba de mototurismo. Motoviajeros ya existía; aún estaba en pañales, pero su crecimiento era imparable. A los pocos días, Luis Melero y Javier Garmendia, las dos personas que se desplazaron hasta Toledo para presentarnos su proyecto, constituían AEMOTUR, la Asociación Española de Mototurismo. La fecha, un 23 de julio de 2015.

Ya desde su nacimiento se hablaba de “fomentar el uso de la motocicleta como vehículo turístico y promocionar las bondades paisajísticas, naturales, artísticas y gastronómicas de las regiones más desfavorecidas y menos conocidas, además de otros lugares más destacados por su indudable e intrínseco interés”. Mucho ha llovido desde entonces, y la actividad de AEMOTUR nunca se ha visto interrumpida, ni  tan siquiera durante la pandemia. En este número, caprichos del destino, es una chiquilla de 18 años quien, desde las páginas de la sección que AEMOTUR tiene en esta revista desde su origen -cita a la que no ha faltado jamás-, quien, decíamos, nos habla de su experiencia como participante del Lés- a-Lés. Esta joven de ojos oceánicos y cabellos como un amanecer incesante es la hija de Javier, presidente de AEMOTUR. ¿Cómo expresar la emoción que para nosotros representa algo así?

Hoy en día, un lustro después de aquella génesis, son miles de motoristas los que disfrutan con el viaje en moto, y son decenas las agencias, pruebas y tours que se organizan en la Península en torno al mototurismo. Otros lo vieron antes, como un preclaro Gustavo Cuervo, quien recuerda que hace no muchos años viajar por placer era una locura y/o una quimera.

Este especial de verano está tan lleno, tiene tantos rincones, tanto contenido, que merece un reconocimiento máximo a todas las personas que forman parte de él.

¡Nos vemos en septiembre!

Texto: Quique Arenas / Motoviajeros