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¡En marcha! ¡En marcha!
Queridos amigos. Desde esta ventana tengo el propósito de ir expresando mi punto de vista sobre los temas generales que más nos afectan, para... ¡En marcha!

Queridos amigos. Desde esta ventana tengo el propósito de ir expresando mi punto de vista sobre los temas generales que más nos afectan, para bien o para mal, en el mundo del viaje en motocicleta. Es un privilegio para mí poder expresar con absoluta libertad mis pasiones, reflexiones y hasta mis elucubraciones referentes a dos de las actividades que han marcado toda mi vida: las motos y los viajes. Qué mejor ventana que esta revista digital, hija querida de Quique Arenas, que une las dos palabras MOTO y VIAJEROS.

Para empezar y para los que no me conocéis, confesaros que tengo el síndrome de MACI (Motitis, Aguda, Crónica, Irreversible) una “enfermedad” cuyo síntoma más visible es que me gustan todas las motos, sin distinción de marca, o estilo. Claro que unas me gustan más que otras, al igual que unas rutas más que otras, pero a todas les encuentro algo positivo. Quizá sea porque este vehículo inocula en el espíritu de los que se dejan seducir por sus encantos, un sentimiento universal de emociones que resulta tan difícil de justificar, ante los no envenenados, como asumible con solo el más mínimo gesto a los que estamos emponzoñados con sus amores. Digo universal, porque en todos los rincones del planeta por donde he tenido el privilegio de rodar y encontrar motoristas, motociclistas, moteros, motards, riders, motoqueros… sienten lo mismo, sin distinción de nacionalidades, lenguas, culturas o religiones. Este nexo común, que no diferencia edades, sexos, ni clases de ningún tipo, es un valor difícil de encontrar en otros colectivos y por ello, no lo dudes, somos tan admirados por unos como vilipendiados por otros.

Gustavo Cuervo en China

Pero aún hay más. Quienes estamos doblemente emponzoñados por la moto y el viaje somos un colectivo muy singular. Unimos dos pasiones puramente emocionales.

Además, siempre pensé que viajar en moto es la mejor forma de viajar, pues une la tecnología moderna con el sentimiento de los viajeros clásicos, el equivalente moderno de caballeros y amazonas.

Alcanzar destinos no es lo más importante, más allá de la satisfacción personal del reto conseguido. Al igual que el montañero tiene su aliciente en la propia escalada sin importar que hasta la misma cima llegue una carretera asfaltada o un cómodo teleférico. Disfrutamos la ruta, de cada kilómetro y aunque sea un tópico no por ello es menos cierto, del aire en la cara y los olores de los paisajes.

Así que en esta sección espero poder ofreceros buena información, anécdotas curiosas, trucos y recomendaciones… y en todo caso un rato de agradable lectura.

Salud, km y amistad.

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Quique Arenas

Director de Motoviajeros, durante más de 25 años, en sus viajes por España, Europa y Sudamérica acumula miles de kilómetros e infinidad de vivencias en moto. Primer socio de honor de la Asociación Española de Mototurismo (AEMOTUR), embajador de Ruralka on Road y The Silent Route. Autor del libro 'Amazigh, en moto hasta el desierto' (Ed. Celya, 2016) // Ver libro

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