Así fue El Desafío 2016
Noticias 9 marzo, 2016 Quique Arenas 1
El pasado 20 de febrero tuvo lugar la 5ª Edición de la Ruta Invernal El Desafío. Es una prueba que organiza el Moto Club Moteros Gaditanos, en la que participan más de 600 motos, y aunque como siempre dicen ellos “no es lo mismo que te lo cuenten”, voy a intentar hacerlo desde aquí.
La idea es fácil, es una prueba de orientación, en la que hay que seguir un rutómetro que te entregan la misma mañana y que te guiará durante más de 500 km. Tú eliges si quieres hacer solo asfalto o también te animas a adentrarte en pistas con diferentes grados de dificultad. Además de seguir el rutómetro, hay que realizar una prueba de habilidad y diferentes fotografías al pasar por unos puntos marcados en la ruta. Lo que más alegría da es encontrarte con los puntos de control, donde te van sellando un pasaporte y sobre todo te hacen saber que vas por buen camino.
Esa es la teoría… pero el Desafío es mucho más. Para mí, es un fin de semana marcado en rojo en el calendario, he de reconocer que me paso medio año recordando lo vivido y otro medio esperando que llegue el siguiente.
Algún año he participado como “desafiera” y otros ayudando a la organización, así he podido comprobar el trabajo tan grande que realizan para intentar que todo esté perfecto, el cariño con el que hacen las cosas y el gran equipo humano que hay detrás, pero este año tocaba sufrir y disfrutar de la moto, así que lo único que sabía era que El Puerto de Santa María era la ciudad elegida para que comenzara y finalizara el Desafío 2016.
Unos días antes nos enviaron un correo a todos los participantes, indicándonos que la prueba comenzaba la tarde del viernes, ya que el primer control fotográfico tendría lugar en el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, esta era la forma que tenía el motoclub de colaborar con “Rodando Contra el Cáncer”, un proyecto solidario que a través de sus cuarenta y siete delegados de las diferentes provincias, recorrerá en moto los 8.122 ayuntamientos que tiene España. Siete de los delegados participábamos en el Desafío -en mi caso me encargo de Ceuta y Melilla-. Contarle el proyecto a la gente; conocer a algunos delegados y reencontrarme con otros fue el mejor de los inicios de un fin de semana perfecto.
A última hora de la tarde, después del briefing y del reencuentro con muchos y buenos amigos, tocaba cenar y dormir tempranito, ya que al día siguiente sonaría el despertador a las 5:30 de la mañana. El caso es que cuando bajé al hall del hotel, antes de las 6:00, ya había cientos de personas desayunadas y esperando recoger el roadbook.
Después de pasar el photocall de salida y aún amaneciendo, cruzamos el nuevo puente de la ciudad de Cádiz, para volver sobre nuestros pasos y empezar a recorrer las carreteras más escondidas y bonitas de las provincias de Cádiz y Málaga.
La primera de las pistas fue una trampa de barro que solo once valientes consiguieron completar, una trampa que a la mayoría nos hizo darnos la vuelta o dejar a la mitad y que la organización con buen criterio acabó cerrando.
Fue transcurriendo el día, entre parques naturales, pistas, paisajes de ensueño, fotos, mucho viento y puntos de control donde nos iban sellando el pasaporte y recibiendo a veces ataviados con pelucas y disfraces y siempre con una sonrisa enorme.
Por el camino, además de perdernos y acabar siguiendo otras motos, íbamos pasando con toda naturalidad por un parque eólico, pistas de paso restringido y que solo son accesibles ese día, por molinos, una ermita, un castillo, una buitrera en la subida de Colmenar, por la plaza de toros de Villaluenga del Rosario (una de las más antiguas de España), o por Cortes de la Frontera, donde cerraron el trafico solo para nosotros en la zona centro del pueblo, para poder hacer las verificaciones de las pistas, fotos y la prueba de habilidad. Me imagino la de trabajo, charlas, permisos, verificaciones y papeleo que hace falta para que todo esté coordinado y salga perfecto.
Llegar al hotel de noche, después de 567 km, con 14 horas sobre la moto, parando lo justo y encima que lo hagas con una sonrisa, es algo que dice mucho sobre esta prueba. No se trata de ser el más rápido, ni de ser el mejor; hay premio para los primeros en inscribirse o el motero que viene desde más lejos, pero no para los primeros en llegar, eso es lo menos importante.
Solo decir que ya queda un día menos para el Desafío 2017, con el nombre de “la reconquista” y la idea de que será en tierras granadinas… ¡o no!, porque con los Moteros Gaditanos nada es seguro. Lo único seguro es que no pienso faltar.
Para Motoviajeros, Rocío Toledo.
Eli Robles-Musso
9 marzo, 2016 #1 AuthorHola Rocío. Según como lo cuentas, resulta fantástico participar en este evento. Mis amigos Gabi y Sergio, que yo sepa, han participado en las dos últimas convocatorias y siempre vienen como locos de contentos y satisfechos con todo. Enhorabuena y gracias por tu crónica