N-340, la carretera más larga de España
Rutas en moto por EspañaRutas y viajes 26 junio, 2017 Quique Arenas 11
El sueño de todo motoviajero es emprender un gran viaje, emulando a los grandes viajeros actuales, que a través de las redes sociales nos hacen llegar sus fantásticas crónicas, tanto escritas como en formato de vídeo. Los años van pasando y por diversas circunstancias de la vida ese viaje tan esperado no llega. Mientras tanto, vamos saciando nuestra sed de carreteras y paisajes con salidas domingueras, y de vez en cuando una escapada de fin de semana. El cenit de nuestra pasión son las esperadas vacaciones. Donde, según la economía, realizamos un viaje más largo. Mientras llega ese gran viaje guardado en el cajón (Turquía, Nordkapp, etc.), me doy cuenta de que en nuestra península también podemos realizar muchos viajes apasionantes con historia. Uno de ellos transcurre por la N-340.
El origen de la idea del viaje por la N-340
Mis padres en los años 60-70 fueron emigrantes en Suiza, y cada verano realizaban un largo viaje para visitar a su familia en Barcelona.
Eran 1.200 km de carreteras de aquella época, debiendo atravesar toda Suiza y Francia por infinidad de pueblos. Los primeros años, los viajes duraban 24 horas con solo el descanso para comer, o cuando pedíamos: “Papá…queremos hacer pipí”.
En sucesivos años, el tiempo de viaje fue disminuyendo, de 20 horas a 18 y finalmente a 16, debido a las construcciones de modernas autopistas. Hoy en día son sólo 10-12 horas de viaje.
Los que hayan realizado este tipo de desplazamientos en su infancia, sabrán muy bien de lo que estoy escribiendo: esos coches sin aire acondicionado con olor a escay, las largas rectas con sus árboles a ambos lados de la carretera, chicharras cantando a todo volumen -su cante gratificante nos acompañaba en el camino-, las tiendas de ultramarinos en los pueblos, la gente sentada en las aceras viendo pasar a los viajeros, las gasolineras donde te limpiaban el parabrisas mientras te repostaban y, cómo no… ¡la paciencia que tenias que tener al ir detrás de un camión cargado!
Mi padre me transmitió ese bendito bichito que todo viajero posee dentro, esa necesidad de viajar por puro placer o bien el afán y la inquietud por conocer paisajes nuevos, personas de diferente costumbres, explorar las carreteras desconocidas, en las cuales si paras a interactuar con sus gentes, siempre encuentras historias sorprendentes.
El querer emular a los viajeros de aquellos años, es lo que despertó en mí la curiosidad por recorrer la carretera nacional más larga de España, la N-340.
La única norma que me marqué era realizar el viaje por el trazado más antiguo existente. Eludiendo todas las autovías (algo bastante difícil en algunos tramos) y las circunvalaciones de capitales y poblaciones.
Con motivo de mi participación en la Ruta Invernal El Desafío, que este año se realizaba en la provincia de Huelva, aproveché el desplazamiento hacia el sur, con sosiego, ya que disponía de 10 días vacaciones.
Quería viajar, sin GPS, sin reloj, sólo con el mapa y el reloj biológico. No importando la cantidad de kilómetros recorridos en una jornada. Es un verdadero placer viajar de esta manera, aunque tengo que confesar que los días anteriores tuve que mentalizarme y cambiar el chip de viaje a modo “slowly is a pleasure”
Una breve historia de nuestra N-340
Las carreteras nacionales son herencia de las calzadas romanas. Bajo el mandato de Cesar Augusto, poco antes de nuestra era, ésta en concreto era la Vía Augusta, que iba desde Roma a Gades, actual Cádiz. Posteriormente, en los siglos XVIII al XIX mejoraron estas vías pasando a ser Caminos Reales, aprovechando gran parte del antiguo recorrido.
En el año 1926, bajo el mandato de Primo de Rivera se realizó el primer intento de modernizar estos caminos bajo la denominación de Circuito Nacional de Firmes Especiales. En esta época convivían escasos vehículos a motor -unos 100.000- con los de tracción animal, y un viaje de así duraba fácilmente más de una semana.
En 1941 nació el plan Peña, dando nombre a las actuales nacionales.
Las carreteras nacionales, se basan en carreteras concéntricas y radiales, éstas últimas son seis y todas las radiales nacen en la Puerta del Sol (Madrid), alcanzando los extremos geográficos de España.
La N-340 es una carretera concéntrica. Su nomenclatura quiere decir: el primer dígito corresponde a que ésta nacional nace entre la radial 3 y 4. El segundo indica que está a más de 400 km de Madrid y el tercero, en las concéntricas ha de ser par, ya que en las radiales es impar.
La N-340 tiene su kilometro 0 en el cruce con la antigua N-IV, actual A-4, en Puerto Real (Cádiz). Situado en el punto en el que confluían los caminos procedentes de Cádiz, Sevilla y Málaga, conocido como Tres Caminos. Hoy en día este punto se ha convertido en un cruce de autovías, la A-4 con la A-48, antigua N-340, pero existen todavía los vestigios del antiguo puente sobre el río Zurraque que separa Cádiz de Puerto Real y también del antiguo cruce de ambas nacionales.
Como he comentado, el kilómetro cero está en Tres Caminos, y el final está en Barcelona, concretamente en la Plaza de España con el kilómetro 1.248 (esto es teórico porque el último hito kilométrico existente señala 1.243 km, faltando aún 14 para llegar a la mencionada plaza). Los kilómetros no cuadran de ninguna manera, debido a las constantes variantes, circunvalaciones, túneles y viaductos para encaminar los nuevos tramos de la nacional tres cuarenta. En Google Maps, sumando los km del trazado original, el resultado es de 1.350.
El viaje. Día 1. El viaje lo realicé a la inversa, Barcelona-Cádiz, por tener mi residencia en esta provincia.
Arribé a la Plaza de España de Barcelona. Tras media hora buscando el famoso punto kilométrico final, me di cuenta de que ya no existía. Un comerciante de la zona que llevaba 50 años al frente de su negocio me confirmó que hacía ya bastantes años que, debido a las reformas de la calle Creu Coberta, ya no existían hitos kilométricos. Me lo explicaba con cierta nostalgia recordando la vieja nacional.
Emprendo el viaje cruzando esta calle, que me va llevando a la salida de Barcelona; sin darme cuenta voy entrando en otras poblaciones adyacentes, sin ningún espacio entre una población y la siguiente.
Voy muy concentrado buscando algún punto kilométrico, pero no aparece nada, solo alguna indicación de dirección que vamos por el buen camino. En solo 14 Km hemos atravesado cinco poblaciones, a la salida de Molins de Rei aparece el primer hito kilométrico, el 1.243, justo en el cruce de la N-II sobre el puente del río Llobregat.
Me invade una gran alegría al poder fotografiar este poste por lo que significa, y saber que me queda todavía un montón de kilómetros para deleitarme en este viaje.
Cuando inicio un viaje siempre tengo una sensación de nerviosismo metida en el estómago, que a la vez es agradable, y con una sonrisa tonta en el rostro. Tal vez sea por la ilusión del viaje, por el placer, o una mezcla de todo un poco. Me recuerda a los niños en la víspera de Reyes.
Continuamos viaje, ya alejándonos del área metropolitana de Barcelona para subir el primer puerto de montaña, el Ordal. A un ritmo pausado y tranquilo saboreando el camino bajo las ruedas de mi querida montura, una fantástica Suzuki V-Strom 650, alias Babieca, que con sus 250.000 kilómetros sólo me ha dado alegrías.
Tras atravesar varios pueblos pequeños vinícolas viene la primera gran población, Villafranca del Penedés, capital de la comarca del Cava. Primera prueba: ¿circunvalación o atravesar el corazón de esta población?
Respiré hondo, me acordé de que no tenía prisa y cuál era el objetivo del viaje: seguir fielmente el recorrido original de la 340 (léase tres cuarenta).
En la siguiente población, Els Monjos, es la N-340ª con escaso tráfico. En el centro del pueblo la nacional se ha convertido en una tranquila calle de 30 Km/h, donde las personas caminan sin temor al infernal tráfico. La otra cara es el declive de los negocios, como pude contemplar en un complejo hotelero abandonado y en ruinas, que en su día fue un sitio de parada y fonda de referencia.
Encuentro el primer mojón (poste de piedra) de la N-340. Marca el kilometro 282. Esto es debido a que antes de 1998 la 340 estaba dividida en cuatro tramos: 1º Puerto Real-Motril; 2º Motril-Murcia; 3º Murcia-Valencia; 4º Valencia–Barcelona.
Voy atravesando poblaciones, recordando que hacía casi tres décadas que no pasaba por el centro de éstas, debido a sus circunvalaciones. Me invaden la nostalgia y el desconcierto, pues la transformación es bestial.
Vislumbro en el Km 1.183 el majestuoso Arco de Bará, probablemente el símbolo más representativo a lo largo del millar de kilómetros de esta carretera.
Parada para hacer fotos y leer la información. Ahí sigue después de más de dos milenios, viendo pasar desde las legiones romanas hasta los modernos vehículos de nuestra era. Sólo una pequeña parte es original. Ha sido reformado en distintos períodos de su historia. En la guerra civil, tras un atentado con bomba, casi fue derruido. Hasta los años 50, la circulación de los vehículos todavía pasaba por debajo del angosto arco.
Bordeando el mar nos acercamos a la milenaria Tarraco, una de las ciudades más importantes de la Hispania Romana, fundada a finales del siglo I antes de nuestra era. La provincia abarcaba dos terceras partes de nuestra península. La 340ª se adentra hacia el centro de Tarragona, pasando junto a las ruinas del Teatro Romano y sus murallas.
La 340 se desdobla camino a Cambrils; nos volvemos a salir, siempre buscando la carretera original. Esto nos lleva a cruzar las poblaciones por el centro. No me importa, el tráfico es escaso. Recuerdo las kilométricas colas en verano para cruzar estos pueblos, saturados de turistas. La vía de salida es un placer, ausente de tráfico y con un generoso carril bici, la moderna A-7 y la AP-7 van paralelas a la 340ª.
Pasada la central nuclear Vandellós, volvemos a reencontrarnos con el tráfico, pero muy brevemente, para volver a abandonarlo por un antiguo trazado de 14 km de esta nacional dirección El Perelló. Es en esta estrecha calzada totalmente carente de circulación donde encuentro la primera Caseta del Peón Caminero.
Estas casetas estaban destinadas a los trabajadores para el cuidado y la conservación de la vía. Vivían en ellas con su familia, trabajaban los 365 días del año y sus jornadas eran de sol a sol descansando solamente de dos a cuatro horas dependiendo de la época del año, pero también debían vigilarlas e informar a las autoridades de los malhechores que rodaban por su espacio. Eran unas condiciones muy duras.
En la población de Amposta, hay un espléndido puente colgante sobre el río Ebro, que siempre lo he contemplado desde la nueva carretera 340. Ya toca cruzarlo y admirar su formidable estructura de hierro.
En una de las últimas poblaciones de Cataluña, San Carlos de la Rápita, en el año 1978 ocurrió un accidente catastrófico en la historia de la N-340, exactamente a la altura del camping Los Alfacs. La carga de un camión se desestabilizó y quebrantó su recipiente explotando su contenido, propileno licuado, formando una gran bola de fuego. Fallecieron unas 250 personas.
En el lugar de la tragedia se erigió un monumento en recuerdo de las víctimas, que quise visitar para rendirles mis respetos.
Ahí mismo tuve ocasión de entablar una conversación con unos simpáticos y adorables ancianos. Me contaron una aventura suya, de un viaje en moto en los años 50 sobre una Ossa 150 con sidecar: fueron desde Barcelona a Sevilla… ¡eso sí que era todo un arrojo de atrevimiento! Esa historia me sonaba de haberla leído en alguna parte. “Hum… ¡ah ya, lo leí en una revista de motos!”, les comenté. A lo que me respondieron que el editor es su hijo David… “¡Oh! Si David es amigo mío jajaja, ¡qué pequeño es el mundo!
Me pregunto si fue casualidad encontrarme con esta pareja o fue el destino que los puso en mi camino…. Sin buscar una historia la encontré y también surgieron otras casualmente.
Como la de un motero, que me vio fotografiando un mojón y se paró a charlar conmigo, y a continuación me indicó que muy cerca de ahí se encontraba una vía llamada Antigua N-340, completamente en desuso. Yo no la tenía localizada y fue todo un regalo circular por ella, sabiendo que por ese asfalto roto y resquebrajado había circulado mucha historia.
Seguimos avanzando y entramos en la Comunidad Valenciana. Las nuevas circunvalaciones me dejan la vía libre por las poblaciones que hace bien poco, era un suplicio cruzarlas, Vinaroz y Benicarló. Poco después, en el término municipal de Cabanes, aparece el hito kilométrico 1.000, es la única carretera con 4 dígitos.
Los restaurantes de carretera abundan por esta zona, señal de buen yantar. Lo puedo afirmar, cuando en una época de mi vida viajaba de manera profesional por estas vías. Han pasado muchos años, tantos que a la entrada de Castellón me perdí. Recordaba que era todo recto y en 10 minutos la cruzabas, ¡jajaja! ahora son rotondas y más rotondas; donde había una fábrica, ahora hay enormes bloques de pisos.
Aprovechando este viaje me propuse conocer en persona a algunos amigos virtuales de Facebook. El amigo Bucanero salió a mi encuentro con su Yamaha Virago 1100 con más de 365.000 Km. Café y una charla animada me dejaron buenas impresiones de este motero.
El camino hacia Valencia es lento, pasando una población tras otra cada pocos kilómetros, con zonas muy industrializadas, girando todo en torno a sus famosas fábricas de gres y azulejos.
A partir de Sagunto, debo agudizar mi sentido orientativo, para no perder la N-340 original. Va cambiando de nomenclatura, pasando por la CV-23, CV-3007, CV-306 y finalmente CV-300, eso lo vi en el mapa, pero en realidad los nombres de las calles me hacían intuir que iba por buen camino, como fue el caso de Crta. Barcelona.
Entramos en la capital de Valencia, por la avenida Constitución, aparecen unos mojones históricos con el Km 5, y al final de esta calle, el Km 0 de la N-340. Si recordáis, anteriormente expliqué que la 340 estaba dividida en cuatro tramos; este km 0 corresponde al de Valencia-Barcelona. Igualmente me invade la alegría al visualizar este mojón, a sabiendas de que en su origen no lo podré ver por la desaparición total de la nacional, que ha sido sustituida por la moderna autovía A-48.
Toca salir de Valencia, empieza a oscurecer, busco la avenida Real de Madrid y no se refiere al equipo de fútbol, si no al Camino Real que unía Valencia con la capital de España.
Al final de esta avenida, tras pasar varias poblaciones, enlazamos la Pista de Silla V-31 y más adelante la A-7. Nuestra 340 ha desaparecido y se ha fusionado con la moderna A-7. Está anocheciendo y no me gusta conducir de noche, ya que te pierdes detalles de la ruta, pero en Alcoy me están esperando mi amigo Jesús Pastor y su esposa. Así que aprovecho los 50 Km de autovía hasta la salida de Xátiva para sacarle la carbonilla a Babieca después de 400 Km a ritmo pausado.
En Xátiva me reencuentro con mi amiga la 340 pero por breve tiempo. A la salida de este pueblo vuelve a perder su nombre, para llamarse CV-620. Intuyo que me pierdo un bonito paisaje, pero disfruto de una carretera de montaña revirada y muy divertida, eso sí, con todas las luces disponibles encendidas. En media hora entro en Alcoy, donde me espera Jesús para alojarme en su casa.
Después de una larga jornada sobre la moto disfruto de la generosa hospitalidad de mis anfitriones. Ellos también son una pareja curtida: me cuentan historias sobre sus viajes por Europa y el Cabo Norte en los años 80 y 90, cuando no existía internet, ni móviles y mucho menos GPS. En aquella época todo se reducía a coger un mapa, salir y preguntar… y nada más. Gratos recuerdos me trae aquella forma de planificar los viajes, sin saber lo que te ibas a encontrar.
A altas horas de la noche nos vamos a descansar, con un agradable sabor de boca, después de una jornada próspera y complaciente.
Día 2. Un buen desayuno y salgo acompañado por mis hospedadores a buscar el conocido Puerto de la Carrasqueta. Esta carretera, antigua N-340, pasó a denominarse CV-800.
Una anécdota curiosa es que cuando retiraban las antiguas señales de la N-340, a petición de Jesús, los operarios le regalaron una con el punto kilométrico 777. Gracias al ingenio de este experto motorista, la señal se transformó en una pequeña y curiosa mesa.
La mañana era muy fresca y húmeda, nos paramos para calentarnos en La Venta Teresa, lugar donde acuden numerosos motoristas de la zona. Este puerto es muy apetitoso para realizar increíbles plegadas y fácilmente saltan chispas de los estribos.
Toca despedirse de mis anfitriones, las vistas son increíbles, al fondo se divisa de nuevo el Mediterráneo.
La CV-800 me lleva directamente a San Juan de Alicante, donde se une a la N-332, que bordea todo el puerto de Alicante. Buen tiempo, mucho sol y, al ser domingo, mucha gente disfrutando de su paseo marítimo. Un poco más adelante con dirección a Elche vuelve a surgir la N-340, que me lleva directamente hacia Murcia capital, pasando poblaciones ágilmente.
A la llegada a Alcantarilla contacto con Marcos, otro amigo que conocí en Javalambre. Foto de rigor junto a un avión, modelo Aviocar, erigido en una rotonda como monumento. Abrazos y despedida.
Decido acercarme a la Base Militar Méndez Parada de esta población, donde hace 36 años estuve realizando unos cursos en el servicio militar durante un período de 3 meses. Aprovecho para comer en un bar, junto a la entrada del recinto. Ahí conozco al sargento de guardia, que tras una larga conversación me invita a acompañarlo a la base para realizar una visita guiada. Acepto encantado.
Estaba prácticamente como la recordaba: los pabellones, la plaza de armas, los hangares…
Una extraña sensación recorre mi cuerpo, pues han pasado casi cuatro décadas, que no son pocas, y me parecía que fueran muchísimos menos años. Te das cuenta de lo rápido que pasa la vida. Esto me da para ir reflexionando dentro de mi casco sobre este tema, llegando a la conclusión de que hay que vivir a tope cada día y disfrutar de cada instante. ¡La vida es un regalo!
Debo ir esquivando continuamente la A-7, que insiste en introducirme en ella a cada momento, pero Babieca y yo nos negamos, saliéndonos por sus vías de servicio y pasando por el interior de las poblaciones que nos encontramos: Alhama de Murcia, Totana, Lorca y Puerto Lumbreras, la última localidad de Murcia.
Aquí también he quedado con un amigo virtual, Diego Díaz, conocido motero, sabedor de la zona y otras muchas más. Nos tomamos un refrigerio y me acompaña al límite de provincia, donde hay unos mojones que marcan el límite de la autonomía y un bonito monumento, dando la bienvenida a Almería.
Empieza a anochecer y aprovecho los últimos rayos de luz para poder llegar a la población de Vera. Continúa alternando la 340ª con la A-7, entrando y saliendo por los pueblos. Parada y fonda en una pensión de Vera, una ducha y salgo a cenar. Al ser domingo, en el pueblo está casi todo cerrado, me cuesta encontrar un bar para tapear algo.
Día 3. Al día siguiente salgo al alba. Esa noche llovió y la mañana se presentaba fresquita. A los pocos kilómetros, en el 528, aparece otra caseta de Peones Camineros abandonada y semiderruida. Aprovecho para observarla: una casa modesta, con tres dependencias y poco más.
Nos alejamos de momento de la A-7 para rodar por la N-340 dirección a Tabernas.
El paisaje va cambiando progresivamente de seco a más seco, a excepción de una importante plantación de olivares ecológicos. Largas rectas se suceden con la única circulación de algún camión cargado, procedente de la minas de yeso de Sorbas.
El circuito de velocidad de Almería, aparece al pie de la misma nacional, pero está cerrado y no se puede visitar. De repente aparece como en una postal un bar, Route 66, al más puro estilo USA, con unos coches americanos de exposición en la puerta y un surtidor de escaparate típico, todo muy bien decorado estilo oeste. ¡Sólo faltaba que saliera desde el salón el mismísimo James Dean!
Justo al costado aparece La Venta del Compadre; este sí que es auténtico y no un decorado. A pocos kilómetros de ahí, está la entrada de Cinema Studios Fort Bravo. Famoso por haberse rodado más de trescientas películas, las más frecuentes eran Spaghetti Western, con intérpretes famosos como Clint Eastwood entre otros. También se rodaron Conan el Bárbaro, Indiana Jones y muchas más. Nos salimos de la nacional para acceder a los estudios cinematográficos por una pista del cauce de un río seco (rambla). A la entrada de los estudios, un señor me invita a que saque una entrada y esperar más de una hora para entrar en el siguiente pase. Amigablemente rehusé la invitación.
Las vistas son soberbias sobre el desierto de Tabernas, único en Europa de este tipo. Paro para observarlo detenidamente e intentar retener en mis sentidos lo que percibo.
Al final de la 340 aparece la A-92, la cual intenta engullir a la vieja nacional, pero ésta se escapa por la vía de servicio de la autovía, conservando su nombre de 340ª y acompañando paralelamente a la moderna vía, con un pavimento deficiente y con numerosos derrumbes del árido terreno a consecuencia de la erosión. Este tramo de nuestra nacional me llevará directamente hacia la capital Almeriense, donde me reencuentro de nuevo con el Mediterráneo, que me acompañará hasta Algeciras.
Salimos de Almería bordeando su puerto con dirección a Aguadulce, N-340ª. La A-7 trepa hacia las colinas adyacentes de la costa para ir en paralelo desde las alturas, seguimos por una abrupta costa serpenteando los acantilados. En el poblado La Garrofa, evito entrar en el moderno túnel y decido pasar por el tramo primitivo de la nacional. Este tramo de apenas 650 metros es un regalo. Completamente ausente de tráfico, me hace ver cómo era esta estrecha carretera hace varias décadas, con sus muros de piedra en los bordes para evitar que los vehículos se despeñaran por sus precipicios. De vez en cuando se deja divisar la A-7 desde las alturas, desafiando a la gravedad desde unos viaductos que evitan que el tráfico esté continuamente subiendo o bajando.
Aguadulce, Vícar (Corazón de Poniente), pueblos aparentemente prósperos donde parece que la economía del ayuntamiento es boyante: con modernas avenidas, zonas ajardinadas y rotondas adornadas con enormes esculturas.
Aparece de nuevo la autovía, pero no entramos en ella, decido ir en paralelo por una estrecha vía de servicio rodeada de cientos de invernaderos. Hasta donde me alcanza la vista es un mar de plástico, le llaman la Huerta de Europa, con sus seis cosechas anuales. En el tramo hasta acceder a El Ejido, me encuentro con varios coches de gran lujo circulando por estrechos caminos entre invernaderos; pero también veo a gente de aspecto humilde, circulando en bicicletas viejas y oxidadas. Percibí un gran contraste entre unos y otros, de algunos empresarios prósperos gracias a la mano de obra barata de los inmigrantes en condiciones precarias.
Nos alejamos de la A-7 dirigiéndonos otra vez a la costa por la N-340ª, dirección Balanegra.
Me entristece ver que no se respeta en absoluto la Ley de Costas, ya que los invernaderos llegan hasta la mismísima costa, tampoco parece que se haga nada con los restos de plásticos y basura que se ven diseminados por cualquier rincón. Aparentemente no se aprecia conservación del medio ambiente.
Dejamos Adra, la última población de Almería, para entrar en la provincia de Granada curveando por los acantilados con muy poca circulación. El tráfico rodado prefiere ir por la autovía que está a un centenar de metros sobre mi cabeza. Avanzo lentamente, cada pocos kilómetros me detengo, para tomar alguna foto. La zona es salvaje, exceptuando la aparición de algún que otro invernadero.
Atravieso poblados como Melicena, Los Yesos, La Mamola… la carretera va prácticamente al nivel del mar, que está agitado. El agua, por medio del viento, me llegaba pulverizada a la visera, debiendo de parar a limpiarme el salitre.
Todavía quedan lugares para veranear sin el agobio de la masificación turística, pueblos pequeños con encanto como Castell de Ferro o Calahonda, ya algo más grande.
El tramo de la nacional entre estas dos poblaciones, es fantástico, sin tráfico y entre acantilados con unas vistas de postal. A partir de Calahonda la cosa cambia, vuelven los invernaderos de plásticos, pero ya respetando el litoral marino.
El tráfico empieza a aumentar, al aparecer urbanizaciones y poblaciones mayores como Motril, Salobreña y Almuñécar.
La carretera tiene muy buen asfalto y curvas largas que te invitan a enroscar el puño y realizar grandes plegadas. Nos salimos para evitar el práctico túnel de Monte Gordo, y buscamos el tramo primitivo y cautivador, de una longitud de cuatro kilómetros, ideal para realizar un picnic contemplando el mar. Un poco más adelante, en Maro también buscamos el destartalado tramo originario, obteniendo unas buenas fotos del Acueducto del Águila.
Nerja nos da la bienvenida a la provincia de Málaga, y ¡cómo no! hay que aprovechar para visitar La Dorada, el famoso barco de Chanquete de la conocida serie Verano Azul, rodada a principios de los 80.
En el trayecto hacia Málaga, recuerdo una trágica historia que leí de esta misma carretera antes que se denominara N-340. La Desbandada. En la Guerra Civil el asedio de las tropas de Franco a la capital fue tal, que huyeron decenas de miles de personas por esta misma carretera hacia Almería. Fueron ametrallados desde el cielo y bombardeados desde el mar. Una tragedia que dejó a muchos en las cunetas.
El tráfico es denso y pesado, un conjunto de urbanizaciones, una detrás de otra, hacen que el avance sea lento. Por fin entro en Málaga capital, que me recibe con un monumental atasco. El día anterior hubo riadas por las abundantes lluvias, las brigadas de limpieza tienen cortada la mitad del Paseo Marítimo que corresponde a nuestra Nacional.
La salida debo de hacerla por la MA-20 hasta Torremolinos, donde la 340ª se convierte en una moderna vía de doble sentido interurbana que recorre las poblaciones costeras de Benalmádena, Marbella y Estepona. Ciudades turísticas por excelencia, símbolos glamurosos de la jet set. Chalets inmensos pretendiendo ser palacios, yates enormes en sus puertos y automóviles de lujo transitan por este litoral.
Ante tanto lujo, decido parar a pernoctar en Estepona. Consulto en Booking el hotel más económico, y cuál es mi sorpresa que está en el mismo paseo marítimo, antigua N-340, por el módico precio de 25€. Muy correcto el Hotel Mediterráneo. Ducha y salgo a comer algo por sus estrechas y pintorescas calles.
Día 4. Amanece un día gris, amenazando lluvia y con mucho viento. A la salida de Estepona nos volvemos a incorporar a la autovía A-7, la N-340 desaparece en Fuengirola y no la volveremos a ver hasta pasado Algeciras.
Una lástima, la bruma reinante en la atmósfera no me deja divisar el paisaje, ni tan siquiera puedo ver el Peñón de Gibraltar. Bordeamos Algeciras para enfilar de nuevo la 340 ascendiendo por el puerto de Las Cabras, vamos ganando altura divisando un enorme parque eólico que está funcionando a pleno rendimiento. Debo de reducir la velocidad, el viento imperante de poniente es fortísimo. En un alto hay un centro ornitológico para observar la migración de las aves a través del Estrecho. Ahí me comentan que es un día de viento excepcional, con rachas que superan los 100 km/h. No lo puse en duda, la moto estaba sobre su caballete lateral y las ráfagas la levantaban y casi la tiran si no la llego a sujetar.
Bajo hacia Tarifa con precaución. Decido entrar para ver la Punta Tarifa o Punta Marroquí, el lugar más al sur de Europa, donde se divide el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico. El viento estaba empeñado en que besara el suelo, y casi lo consigue.
Continuamos por nuestra 340, enfilando ya los últimos 86 Km con alegría, pero también con cierta tristeza, porque esta aventurilla se va acabando.
Pasado Vejer de la Frontera, en el Km 36, pongo el parcial a cero, para verificar los que faltan hasta llegar al Km 0. Agudizo mis sentidos para no despistarme. En ese mismo punto empieza la sustituta de nuestra nacional, llamada A-48. Debo salirme hacia Los Caños de Meca a buscar la nacional original que no está indicada, aparecen más postes kilométricos de la 340 que me señalan que voy por el buen camino.
Esta vía va paralela a la A-48 hasta la entrada de Chiclana de la Frontera, donde encuentro el último poste kilométrico con la nomenclatura N-340 y el Km 9ª. El parcial que puse a cero marca 27 km, por lo tanto faltan 9 para los 36.
Como referencia para cruzar Chiclana por el camino correcto, sigo las vías del tranvía por la calle Mendizábal. A la salida de la población me paro justo antes de entrar a la A-48, ésta será la vía que me llevará hacia el cruce de la A-4. Verifico que sólo me quedan 3 km, un cierto nerviosismo y alegría me invaden por la incertidumbre de poder encontrar el km 0. ¡Arranco y allá vamos! En la autovía los puntos kilométricos también coinciden PK 3, PK 2… ¡atención! Una señal indica que faltan 1.000m para la salida de la A-4, miro el parcial y marca 35km o sea que me falta 1km. ¡Vamos bien! Voy a una velocidad muy reducida para no perder detalle.
Cruzamos el río Zurraque, observo un antiguo puente a mi derecha, este es el puente original de la N-340. El corazón se me acelera, miro el parcial y….OLÉ ¡Conseguido! Está justo en el desvío, no puedo parar, es estrecho y sin arcén.
Entro en la A-4 y me salgo a sólo 1.8Km, donde hay un camino justo en la misma salida que me llevará al puente viejo.
Gracias al Google Maps pude observar en casa el acceso a ese punto. Voy rodando por un viejo tramo de la N-IV cerrado y abandonado. Al final este asfalto muere justo delante de la A-48.
Me quedo observando el terreno e intentando visualizar cómo era en sus orígenes. De repente aparece un señor en una bicicleta de montaña, saltando por encima de los matorrales, me quedo atónito, pues no viene por un camino común. Se me acerca aún más extrañado él que yo.
José Manuel es un lugareño de alrededor de 60 años, conocedor de esta zona, la frecuenta sobre todo para buscar espárragos.
Me comenta que desde que hicieron las autovías, ese tramo se ha quedado cerrado y es muy inusual ver a alguien por ahí.
Mantenemos una conversación amena. Se le ilumina el rostro recordando y explicándome lo que fue ese punto para él. Me comenta que antaño era el cruce de Tres Caminos, Cádiz-Sevilla-Málaga. Me confirmó que el puente viejo y en ruinas es el de la N-340, y justamente donde estábamos era el cruce de la N-IV con la 340, o sea el KM 0. Al costado existe una caseta en ruinas, que según él, era un punto de control de la Guardia Civil.
Actualmente el km 0 de la A-48 está 200m después del cruce de la salida de la A-4. Pero Babieca y yo buscábamos el origen de la N-340.
Han sido cuatro días de viaje intenso, a un ritmo tranquilo y pausado, para poder ver, sentir y percibir la carretera. Imaginando lo que debería ser un viaje de hace 40-50 años, con unos vehículos menos fiables e incómodos, conjuntamente con unos tramos de carretera infinitamente peores que los que hemos transitado.
El total de distancia recorrida ha sido de 1.475 Km, incluidas idas y venidas para encontrar el camino correcto y realizar algunas visitas. Según mis cálculos, son unos 1.350Km desde la Plaza de España de Barcelona a Puerto Real.
Han sido 147 pueblos cruzados, 10 Provincias y 4 Comunidades Autónomas.
Espero que hayáis disfrutado leyendo esta crónica tanto como yo escribiéndola y recordando el viaje.
Para Motoviajeros, Toni “Trotacaminos”.-
Descargar tracks
Javier Bua
27 junio, 2017 #1 AuthorBonito relato y experiencia. Cual es el siguiente?
Toni Trotacaminos
30 junio, 2017 #2 AuthorGracias Javier.
Cualquier experiencia que me llene y me emocione, sera una buena excusa para relatara .
Ivan
24 diciembre, 2018 #3 AuthorHe disfrutado de verdad leyendo tu viaje. Espero poder emularte mas pronto que tarde ya que cada dia que pasa es uno menos que falta para la total desaparicion de la N-340.
Un saludo y gracias por tu relato.
Roland
18 febrero, 2020 #4 AuthorUn gran articulo me ha gustado mucho, hice tambien muchos de esos tramos de mozo y me ha reconfortado toda la historia, genial.
Andrés
21 junio, 2020 #5 AuthorGracia por el magnifico reportaje. Justo lo que buscaba para iniciar mi ruta N340 por segunda vez. La primera fue hace 50 años en un SEAT 1430, ahora en sentido inverso con mi Silver Wing 400 .
Gracias de nuevo.
Quique Arenas
22 junio, 2020 #6 AuthorGracias Andrés, buena ruta! 😉
Eugenio
13 junio, 2020 #7 Authorun buen relato de viaje, enhorabuena y gracias por compartir tu experiencia…
Juan Miguel
21 marzo, 2021 #9 AuthorEstoy esperando mi nueva Softail standard 1800 y me haría mucha ilusión hacer la N 340
nacho
24 julio, 2021 #10 Authorexcelente crónica, en breve haré un trozo de esa ruta, de Tarragona a Alicante (tengo que ir por motivos laborales) iré sin prisa en moto siguiendo ese trazado, gracias a tu crónica ya lo estoy visualizando.
Jordi
1 febrero, 2024 #11 AuthorBuena ruta este año espero hacerla gas y kms