Los Alpes ‘Tuizos’
Rutas en moto por EspañaRutas y viajes 17 agosto, 2016 Quique Arenas 1
El Parque Natural de Las Ubiñas – La Mesa comprende 451 km2 de pronunciados contrastes montañosos distribuidos entre los concejos asturianos de Lena, Quirós y Teverga. Peña Ubiña, su corazón, (en los cariñosamente conocidos por los amantes de la montaña como “Alpes Tuizos”); constituye el principal macizo montañoso de la Cordillera Cantábrica tras los Picos de Europa. No tan conocido como estos, Las Ubiñas – La Mesa es un paraíso motero por descubrir. VER MAPA.
Nos acercamos a las inmediaciones del parque natural por la localidad de Grado, villa que floreció con el aumento en importancia de la ruta primigenia que desde Oviedo parte hacia Compostela. El peregrino y el motero pueden llenar sus alforjas de productos típicos de la región que sacien el hambre del camino o sucumban a pecar en la gula. Embutidos y quesos que acompañar con pan de escanda; hortalizas, empanadas y otras viandas entre muchos otros productos que se pueden adquirir en su mercado tradicional, al que se le unen con la apertura el resto del comercio del lugar, todos los miércoles y domingos desde el año 1256.
Con el asunto del yantar solucionado y el depósito lleno, continuamos por el Alto de la Cabruñana por el que descendemos a buen ritmo dejando caer la moto entre curvas de amplio gradiente. Sin dejarnos llevar del todo que al final debemos abandonar la N634 para incorporarnos a la carretera AS15. A nuestra derecha fluyen las cristalinas aguas del Narcea donde, por estas fechas, proliferan las cañas intentando dar cuenta de algún salmón.
Una pena encontrarse con poblaciones de nombre tan peculiar como Hospital y que sus habitantes no sepan si el nombre de su pueblo obedece a algo relacionado con la historia… me atrevo a soñar con que en esta zona con confluencia de caminos hubiera existido algún hospital de peregrinos al uso de los mantenidos por la Orden de los Hospitalarios, una de tantas órdenes religiosas formadas por monjes-soldados que hacían las veces de protectores de los caminos, a la par que sanaban al viajero.
Estamos a las puertas del parque natural, la vía se estrecha por la AS227 en dirección a Belmonte. Las rocas se yerguen sobre nuestras cabezas, mientras nosotros tal cual parece que rodamos sobre las aguas del río Pigüeña.
Unos pocos kilómetros más adelante, en el pueblo de La Riera, una desviación a la izquierda cruzando el puente sobre el río Somiedo, nos llevará a disfrutar del primer puerto de relevancia de la ruta, el Puerto de San Lorenzo. Si el tiempo acompaña, ten por seguro que te encontrarás con moteros que te devolverán el saludo con la mano -y porque bajo el casco no les podréis ver el guiño del ojo en complicidad por el secreto que estáis compartiendo…-.
Diez kilómetros de fuerte y continua ascensión que hacen que mi motor no genere más de 50 km/h pero que me permiten apreciar el lienzo que la primavera pinta en estos espacios de aire puro, pasando de campos estrellados y piornos en flor al protegido acebo en las alturas; con cumbres que aun guardan neveros del invierno pasado. Una vez coronas y apagas el motor, el silencio te embarga… únicamente roto por el canto de los pájaros o el ronco sonido del cencerro de los animales que por estos campos pastan. Tienes ante ti los montes y pastos de Teverga, ya estamos dentro del parque natural.
En este punto el lector descubrirá el trazado del Camín Real de la Mesa, histórico camino de origen prerrománico que atraviesa la cordillera y que, más tarde, serviría a los intereses de Roma uniendo los territorios de los astures transmontanos con la importante y rica ciudad de Asturica Augusta (la actual Astorga) desde donde operaba la Legio X Gemina. Fuentes militares teorizan que los romanos ejercerían su “jaque mate” en las guerras astures manteniendo un frente fuerte en la Vía Carisa (en el concejo de Lena, por el que finalizará esta ruta), mientras un contingente menor flanquearía por estos montes cayendo directamente sobre la retaguardia astur, en las llanuras del centro de la actual Asturias donde se encontraban las poblaciones astures.
Después de dar un respiro a nuestros motores y de dejar volar la imaginación con la historia, descendemos entre piornos y bosques de hayas y fresnos hacia La Plaza, pueblo ejemplar de Asturias del año 2013. Antes de culminar el descenso, sale a nuestro encuentro el acceso a una de las fosas donde yacen rosas y corazones demócratas que pagaron con sus vidas la defensa de las libertades. Desgraciadamente, Asturias está plagada de estos lugares a los que fueron llevados para darles “un tiro de gracia”.
Si aún no diste cuenta de lo que esconden las alforjas, puede que sea un buen momento para reponer fuerzas. Si lo prefieres, no te faltarán alternativas con las que llevarte a la boca algo caliente de la cocina asturiana.
En nuestro trayecto hacia el Puerto Ventana nos aparece el museo Parque de la Prehistoria, que tiene como objetivo dar a conocer el arte del Paleolítico Superior en Europa, a la par que podemos avistar animales que fueron modelos coetáneos de las pinturas de nuestros antepasados, como uros, bisontes y caballos.
En esta primera parte, si bien el asfalto es excelente, hay que tener precaución al trazar las continuas cuevas pues es frecuente la aparición piedras que se desprenden de las paredes de roca; sobretodo en el Desfiladero de la Estrechura, donde se encuentra Cueva Huerta, monumento natural que, con sus 14,5 km de galerías, es la segunda cavidad más grande de la región.
Puerto Ventana y macizo de Las Ubiñas
Nuestra mirada se pierde entre brañas vaqueiras que jalonan el valle, cuando no estamos bajo el abrigo del hayedo que atraviesa la calzada mientras, metro a metro en constante pendiente, ascendemos hasta los 1.587 del Puerto Ventana… entramos así en tierras leonesas. Desde el mirador se nos muestra la grandiosidad del macizo de Las Ubiñas. Hace unas semanas la nieve era dueña del entorno, pero ahora tan solo está presente en las altas cumbres y algún nevero en la sombra.
Por el Camín Real de Ventana llegarían de Jerusalén las reliquias del Arca Santa, tras su paso por Toledo y huyendo de la presión musulmana; para ser depositadas en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo tras pasar 80 años a resguardo y ocultas en la cueva de Santo Toribio en el monte Monsacro. Parece mentira toda la historia que nos rodea por estos parajes con los que disfrutamos tanto de la moto.
El valle se abre y la planicie nos permite dar un poco más de gas. La ruta continúa por terrenos de la comarca de Babia, en el norte leonés. Territorio de retiro y descanso de las primigenias cortes cristianas de tiempos de la Reconquista astur. Hechos estos que darían forma al dicho popular “estar en babia”, que se le dedica a la persona que está ensimismada. Nosotros nos concentramos en la ruta que ahora transcurre por las inmediaciones del Pantano de Barrios de Luna, llegando a pasar por debajo del puente de la autopista hasta, poco después, tomar la carretera LE473 de Aralla. Ponemos especial atención en este punto para no saltarnos la desviación a la izquierda hacia Villamanín y Casares de Arbas. Tramo que afrontamos con precaución pues está bastante parcheado y hay “grijo” que nos puede hacer besar el suelo; no en vano, estas vías muestran en su cara el desgaste que sufren por los contrastes meteorológicos… El petril discontinuo del arcén evoca carreteras del pasado y cierto halo de romanticismo. Tras pasar por el túnel de Alceo, entramos en los valles de Arbas con la Sierra de Cuitu Nigru a nuestra izquierda, bordeando el parque natural.
Ya en la carretera general N630, ponemos dirección hacia Lena, “Puerta de Asturias – Puerta del Paraíso”, enfilando por el mítico Puerto de Pajares. El foráneo que afronta el Pajares por primera vez tiende a tensarse demasiado por la pronunciada pendiente. Viniendo de León es como si la calzada se precipitara cual cascada de asfalto hacia el fondo del valle. Por ello recomiendo que, sobretodo si el cielo está despejado, disfrutar de la panorámica que ofrece el mirador bajo el Parador Nacional abandonado que regenta la cumbre del puerto, mientras se observan las primeras curvas precipitándose hacia Campomanes.
Lena, destino ciclista por excelencia, nos brinda carreteras y puertos para el disfrute de las dos ruedas. Como tal, el Puerto de la Cubilla (1.683 m) es un enorme colofón a la ruta. Según vas ascendiendo hacia la aldea de Tuiza, se pone más dura la pendiente, se suceden las “tornantes”, el entorno irá cambiando y te preguntarás… ¿sigo en Asturias? Estamos entrando en los “Alpes Tuizos”. En lo alto, la panorámica es sobrecogedora. Sin duda este puerto sería una fantástica alternativa a otros puertos o altos asturianos que copan La Vuelta; y más posiblemente si su parte leonesa camino de San Emiliano (comarca de Babia y por donde hemos pasado anteriormente) en lugar de ser una pista estuviese asfaltado. Pero quizás así siga siendo un pequeño “secreto” que comparto con el lector, ávido de nuevas experiencias con su moto.
Para Motoviajeros, José Montero.
César
17 agosto, 2016 #1 AuthorFantástico reportaje…No hacen falta maletas de aluminio, una 1200 e irse a Cabo Norte. Bravo por José y su “humilde” Vespa 125.