Emulando al Dakar
Rutas y viajes 7 abril, 2016 Quique Arenas 0
A finales de marzo pasado, Le Petit Dakar Lite Edition 2016 concluía en Guercif, Marruecos. El recorrido, ya duro de por sí, resultó aún más arduo por las condiciones atmosféricas y alguna que otra circunstancia ajena.
La aventura comenzaba antes de tiempo cuando el ferri Almariya de Transmediterránea sufría una avería en sus motores que nos mantuvo durante una hora a la deriva; el resto de la travesía se mantuvo a una velocidad de aproximadamente seis nudos. El grupo no llegaría a Guercif hasta las cuatro de la madrugada.
Este atraso condicionó la etapa del día siguiente que tuvo que ser recortada por el atraso en la salida. Con tan solo cuatro horas de sueño sorteábamos el primer enlace por carreteras asfaltadas. Y al Sur del Djebel Tiudadene comenzaba la primera etapa de Le Petit Dakar LE 2016 sobre las rápidas pistas del Plateau del Rekkam. La etapa se desarrolló con un ritmo rápido y sin problemas reseñables.
El campamento, junto a la antigua casa de peones camineros de Matarka, del Protectorado francés, resultó acogedor y nos protegió del frío y el viento típicos de esta región. Ayudó a combatir la adversa climatología una deliciosa “queimada” preparada con esmero por los pilotos gallegos.
Amanecía la segunda etapa acompañada de fuertes vientos, entre Matarka y la Estación de El Mengoub. Igual que la etapa anterior esta se desarrolló con un ritmo rápido. Todos juntos hasta Tendrara donde se repostó combustible y degustamos un te en una cafetería local. En la segunda parte de esta bonita etapa nos dividimos en dos grupos, uno con los pilotos más rápidos y expertos y otro con los menos. En el espectacular Chott Tigrí nos volvimos a reunir todos para el almuerzo.
El resto de la etapa continuó sin novedad hasta llegar a la carretera cerca de Bouarfa. Desde allí se intuía a lo lejos una tormenta de arena que según parecía se dirigía hacia nosotros. Pronto lo confirmaríamos… En los últimos kilómetros por asfalto hasta Bouarfa fuimos azotados por fuerte viento y arena. La organización se vio obligada a cancelar el vivac previsto en la antigua estación de ferrocarril de El Mengoub y buscar cobijo en la sala de conferencias de un hotel de Bouarfa donde instalamos nuestros colchones y compartimos la gran estancia para descansar.
El clima se presentaba algo más apacible por la mañana y nos permitió tomar la salida de la “etapa reina” del Le Petit Dakar LE 2016, entre Bouarfa y Erfoud. Una etapa larga y difícil que no dejó a nadie indiferente. En las pistas duras y poco frecuentadas cercanas a Beni Tagjite tuvimos el susto del viaje: la DRZ400 rallye de Monty caía en un agujero poco visible sin que la BMW F800GS de Manuel pudiera evitarlo haciendo un “bocadillo” de motos y pilotos. Afortunadamente todo quedo en una costilla fisurada y algunos plásticos rotos. Los dos pudieron continuar sin problemas y completar los más de 450 kilómetros previstos.
La segunda parte de la etapa, a partir de Boudnib, se hizo dividido el grupo en tres: La Suzuki y la KTM, junto a las dos BMW gallegas, completaron el recorrido previsto; dos de las BMW R1200GS eligieron la alternativa “fácil”, que resultó no serlo tanto por la cantidad de arena que encontraron; un tercer grupo, que había llegado más tarde a Boudnib, siguió por asfalto hasta Erfoud para evitar llegar de noche.
La cuarta etapa entre Erfoud y Tinejdad discurrió entre bonitos y típicos valles del Tafilalt, a través de pistas sinuosas entre acacias, antes de comenzar a escalar los casi 2000 metros de altura del Djebel Sagrho. La desoladora belleza de esta montaña dejó una marca en todos los participantes que calificaron la etapa de espectacular por sus paisajes. El “Air Force One”, la GS1200 de Iñigo, se topaba con una afilada piedra que le produjo un corte en el neumático delantero. Optamos por esperar al coche de asistencia y remolcar la moto para reparar en el hotel al final de la etapa. Los últimos momentos de la jornada fueron duros para los que habían decidido acompañar a Iñigo en la espera del remolque, ya que fuimos sorprendidos por una intensa tormenta de nieve y agua; un esfuerzo que fue compensado por la hospitalidad recibida por parte de los habitantes de la zona durante la espera y que los propios pilotos calificaron de única e inolvidable. Aquí Le Petit Dakar se confirmó como auténtica aventura.
La quinta etapa, entre Tinejdad y Midelt, tuvo que ser recortada por motivos de seguridad. Uno de sus tramos se desarrollaba en gran parte sobre el cauce de un río y las fuertes lluvias desaconsejaban la circulación por él. Finalmente nadie pudo completar el segundo tramo off road de la etapa que se había convertido en un infierno de barro. Paulatinamente los participantes que insistían en avanzar, se fueron dando la vuelta ante la gran dificultad de avanzar en esas condiciones.
La sexta y última etapa de Le Petit Dakar Lite Edition 2016 entre Midelt y Guercif iba a tener una sustancial diferencia: era una etapa de navegación y no se entregaba track a los participantes, tan solo unos waypoints que debían enlazar para completar su recorrido.
Solo la KTM LC4 de Txoto y la BMW F800GS de Manuel consiguieron completar el recorrido en un tiempo excelente y sin titubeos ni errores de navegación. Mientras que algunos participantes se embarcaron en complicadas trialeras que les hicieron perder tiempo, otros intentaban solventar un problema en los frenos de la BMW R1200GS de “Chiquitín”, lo que les obligó a abortar la ruta y regresar al punto de inicio para seguir por asfalto. Después de degustar un delicioso cordero en el restaurante de una gasolinera, todos se reunieron en el punto final del tramo off road y continuaron juntos hasta el hotel de Guercif.
La última jornada del viaje fue relajada, tan solo debíamos conducir los aproximadamente 150 Km que nos separaban del ferri de vuelta a España. Almorzamos en un restaurante de Nador e hicimos tiempo hasta la hora de embarcar comentando las anécdotas del viaje en la terraza de una cafetería.
La dureza del recorrido y las dificultades han fomentado un ambiente de camaradería , solidaridad y amistad entre los participantes, que esperamos perdure en el tiempo y del que nos sentimos orgullosos.
Le Petit Dakar innovará con cada edición pero continuará teniendo ese punto extra de dificultad y dureza que lo hace especial y lo distingue de otros viajes en moto por Marruecos. Nos vemos en octubre en el Sahara, en la tercera edición de Le Petit Dakar!
Para Motoviajeros, Judith y “Pera”.
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